Así afecta el cambio climático a los más pobres de América Latina

Un costo que podría llegar a los 100.000 millones de dólares en 2050. Los más afectados son los niños, las niñas, las mujeres, los ancianos y los campesinos. Como bien lo apuntó el Papa Francisco en Laudato si’, a los más vulnerables.
Esta es una de las conclusiones más alarmantes del primer Informe sobre Cambio Climático y Desarrollo Sostenible en Iberoamérica (también conocido como Informe La Rábida – Huelva), el cual fue presentado en el marco de la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
Este informe es una fuerte llamada de atención a los países que conforman Iberoamérica, y, particularmente, a los países latinoamericanos. En un tono apremiante, se insta a los gobiernos a hacer lo necesario para “tomar medidas de adaptación a las consecuencias provocadas por el cambio climático”, debido a que “[los] costos económicos de las pérdidas por no actuar son superiores a los costos de las medidas de adaptación y mitigación necesarias.”
Si la tendencia actual permanece sin cambios, las consecuencias para la región podrían ser devastadoras, particularmente para las personas más pobres y desfavorecidas.
Para el año 2100, la temperatura en América Central aumentaría hasta cuatro grados, en el resto de América Latina más de seis grados, y en Europa más de cinco grados. Esto ocasionaría un aumento generalizado de hasta 82 centímetros del nivel de mar en toda la región, lo que pondría en riesgo la subsistencia de los habitantes que viven en las zonas costeras.
El agua es otro factor clave. Al día de hoy, 34 millones de personas en la región no tienen acceso al agua potable y 106 millones carecen del saneamiento adecuado.
Estos números –de por sí negativos– podrían aumentar dramáticamente como consecuencia del cambio climático. Para 2020 la escasez de agua afectaría a 81 millones de personas más de las que ya afecta hoy y para 2050 se sumarían 178 millones de personas más a este fenómeno. Las sequías, la disminución de agua dulce y la falta de saneamiento podrían causar –en pocas décadas– una crisis humanitaria difícil de atender.
Nuestra forma de consumir ha puesto en peligro la subsistencia de la humanidad entera. El sector social más golpeado por este patrón de conducta son los pobres, los marginados, los descartados.

Fuente: Jaime Septién | https://es.aleteia.org

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *