Basura por hortalizas: innovador proyecto de reciclado en Brasil

El Instituto Guandú fue creado en 2014 por Fernanda Danelon, de 43 años. Esta organización trabaja reciclando desperdicios de restaurantes y brindando asesoramiento a sus dueños para que con el abono producido armen huertos para producir alimentos.
A 50 kilómetros de la ciudad brasileña de San Pablo se encuentran las plantas de reciclado donde la basura orgánica es transformada en fertilizante para luego regresar a las huertas. “Empezamos hace dos años con uno y ahora ya tenemos 17 restaurantes que son nuestros socios. Y hay unos 10 más en conversaciones”, contó Danelon.
Si bien al principio el objetivo era simplemente crear las huertas para abastecer las cocinas de los restaurantes, al poco tiempo se dieron cuenta que el proceso completo demandaba mucho más. “Fuimos creciendo y hoy reciclamos entre 30 y 40 toneladas de basura orgánica por mes”, dijo. Además explicó que no utilizan ningún tipo de “acelerador” para el proceso como pueden ser enzimas o lombrices, sino que llevan a cabo una “técnica tradicional de compostaje”. La misma consiste en mezclar sistemáticamente la tierra para oxigenarla. El proceso lleva entre tres y cuatro meses.
De acuerdo a la Asociación Brasileña de Empresas de Limpieza Pública (Abrelpe) en el país se generan anualmente más de 70 millones de toneladas de residuos. Más de la mitad representan desechos orgánicos que pueden ser reciclados. En 2012 se comenzó a implementar un nuevo Plan Nacional de Residuos Sólidos que establecía que para 2014 debían desaparecer los vertederos informales y comenzar a reutilizar los desechos orgánicos. Sin embargo actualmente se recicla solo el 3% de los mismos. Es en este escenario donde el trabajo del Instituto Guandú cobra mayor relevancia.
“Brasil es el principal consumidor de agrotóxicos en el mundo, con una media de 5 kilogramos anuales por habitante”, señaló a RT el periodista argentino residente en San Pablo Gerardo Gamarra. Partiendo de ese dato explicó que “cualquier emprendimiento que aporte al desarrollo de nuevas formas de consumo tanto en los hogares como en los circuitos gastronómicos representa nuevos desafíos que la sociedad debe tomar como propios”.
Asimismo destacó que iniciativas como la de Danelon “representan un impulso que aporta a la sustentabilidad e innovación de utilizar los espacios reducidos que se tienen en grandes ciudades como San Pablo”. Al tiempo que remarcó la importancia de “poder ponerlos en función del desarrollo de mejores alimentos y mejor uso y manejo de la abrumadora cantidad de residuos que se generan”.

Fuente: https://actualidad.rt.com/

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