Cómo educar a un gato desde pequeño

Cuando un gato cachorro llega a nuestro hogar es de suma importancia educarlo para así evitar desagradables inconvenientes a futuro, como por ejemplo que muerda o arañe los muebles, y que aprenda a hacer sus necesidades en su caja de arena la cual está destinada para dicho propósito. No hay nada mejor al momento de adoptar o comprar una mascota que esta sea educado y feliz, en un hogar con sana convivencia.
Los gatos son inteligentes y enseguida captan lo que pretendemos enseñarles. Sin embargo, su naturaleza juguetona y su temperamento vivaz deben educarse de forma idónea y positiva. Ya sea un siamés, un gato europeo o un gato sin raza, debes seguir una línea para ello.
El primer día del gatito en la casa…
Durante este corto período debemos mostrarle mucho afecto a nuestro pequeño amigo, para que confíe plenamente en nosotros y se muestre receptivo a la hora de aprender. Caricias y palabras en tono amable harán que el gatito ronronee, mostrando así su complacencia. Cuando nos lama será la señal de que ya nos considera de su familia.
Otra acción primordial será enseñarle la ubicación de todos sus objetos personales: los juguetes, la cama, el comedero, el bebedero y el recipiente con arena. Enseguida aprenderá a utilizarlos. También debe disponer siempre de agua limpia y fresca, que renovaremos de forma frecuente.
Una vez el gato se muestre adaptado a su nuevo entorno, será el momento de empezar a enseñarle algunas cosas que te explicamos a continuación para que sepas cómo educar a un gato desde que es pequeño…
Educar a un gato a usar el rascador, el arenero y los juguetes
Es recomendable disponer de un rascador desde el primer día y motivarlo para que juegue con él de forma regular para que nuestro gato aprenda a usarlo. Para ello podemos elegir un rascador dinámico, que incluya juguetes y otros objetos, pero si no bastará con estimularle nosotros mismos, de esta forma evitaremos la destructividad hacia los muebles del hogar.
Puede ocurrir que el gatito aprenda a afilarse las uñas en el sofá, pero que en algunas ocasiones, cuando te marches de casa, utilice los sofás y otros objetos. En este caso seguiremos motivando al gato para que juegue con el rascador y le premiaremos cada vez que lo haga para reforzar la conducta. Podemos utilizar premios de comida sabrosos o caricias y palabras amables.
Enseñarle a utilizar el arenero es otra de las tareas primordiales que debemos enseñar a un gatito. Debemos elegir uno que tenga fácil acceso y le llevaremos hasta allí después de comer, al despertarse o después de una sesión intensa de juegos. Cada vez que lo haga bien le premiaremos y si lo hiciera en otro lugar de forma frecuente, desplazaríamos el arenero hasta esa zona, para poder felicitarle luego.
Al gato pequeño se le deben proporcionar juguetes para que aprenda a “cazar”. Ratones de trapo, pelotas pequeñas, sonajeros emplumados, etc. Con juguetes muy simples, muchos de los cuales puedes confeccionar tú, el gato se lo pasará estupendamente.
Educar mediante el refuerzo positivo
Los gatos pequeños son traviesos, y aún más cuando son “adolescentes”. Por este motivo es muy importante conocer algunas técnicas a emplear, como es el caso del refuerzo positivo en los gatos, muy útil a la hora de aprender cómo educar a un gato desde que es pequeño.
Premia a tu gato con comida, palabras amables o caricias siempre que muestre una conducta que te agrada, para que entienda que eso es positivo y que debe hacerlo.
Si a tu gato le gusta arañarte para demandar tu atención, ignóralo por completo, para que aprenda que arañando no consigue ningún resultado. Por el contrario deberás premiar el buen comportamiento, como acercarse hacia ti de forma relajada.
Evita castigarle o regañarle cuando muestre una conducta que no te gusta. En ocasiones, los gatos demandan atención y, aunque le acabes castigando, seguirán intentandolo pues su objetivo es tu atención. En este caso deberás pasar más tiempo con él y dedicarle juegos o caricias.
Puedes utilizar el No en alguna ocasión, pero únicamente si pillas a tu gato “con las manos en la masa” de lo contrario regañarle no sirve de nada. Aún así, te recomendamos emplear únicamente un tono de voz grave, no debes utilizar nunca el castigo físico, acorralarlo o hacerle pasar miedo.

Fuente: Maryann Rengifo - http://www.ultimasnoticias.com.ve/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *