¿Cómo se camuflan los animales para no ser descubiertos?
Ciertas especies logran así combinarse con lo que les rodea, logrando un efecto de confusión que les da ventaja ya sea al momento de la depredación o para ocultarse de los depredadores. Veamos algunos detalles acerca de cada uno de los tipos de camuflaje que existen.
La forma más sencilla de camuflaje consiste en no moverse para confundirse con el entorno. Si es necesario, los animales que se inmovilizan también pueden intentar no respirar. La mayoría de los reptiles sólo pueden reconocer un cuerpo si este está en movimiento, de manera que si nos quedamos quietos, literalmente seremos invisibles para ellos. Por esta razón es que a los animales en cautiverio se los suele alimentar con criaturas vivas.
Otro modo de camuflarse consiste en mimetizarse con el entorno cambiando de color. Esta es la técnica de supervivencia fundamental de animales como el camaleón y la sepia que cambian de color, incluso éste última de textura de la piel según el momento preciso.
Adaptar el patrón de textura que nos rodea es una herramienta utilizada por las cebras o los tigres. Siguiendo el tipo de textura que les rodea, las vuelve casi indetectables para el ojo ajeno, ya que la silueta prácticamente desaparece en el conjunto. La mayoría de los animales que pueden cambiar de color también suelen adaptar patrones.
El tipo de camuflaje a través de los olores o los ruidos también es una herramienta muy útil. Casos como el de los calamares, los cuales segregan tinta para bloquear la vista del enemigo, también alteran el olfato de sus depredadores. Otro caso común es el de las polillas, las cuales emiten ultrasonidos para despistar a sus mayores depredadores, los murciélagos.