El 2018 fue el segundo año más cálido registrado en el Ártico desde 1900
El calentamiento global está subiendo la temperatura del Ártico a un ritmo récord, reduciendo el hielo en la región e impulsando importantes cambios ambientales en todo el planeta, advirtió el martes una agencia gubernamental estadounidense.
El año 2018 es el segundo más cálido en el Ártico desde que comenzó a llevarse un registro en 1900, según un informe de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), que advirtió que el calentamiento ha alimentado “profundos cambios” en el ecosistema.
La agencia informó que solo 2016 fue históricamente más cálido que 2018, el cual marcó en el Ártico 1,7 °C más que el promedio de las últimas tres décadas, con un calentamiento dos veces más rápido que el promedio mundial.
La tendencia es clara: los últimos cinco años han sido los más calurosos jamás registrados, según la NOAA, que coordinó este informe de referencia escrito por más de 80 científicos de 12 países.
“La multiplicación de récords y casi récords de temperatura desde 2014 no tiene precedentes en la historia de los registros”, advirtió la agencia.
En el océano Ártico, el hielo se forma de septiembre a marzo, pero ese lapso se reduce inexorablemente con el paso de los años. El hielo es menos espeso, más joven y cubre menos océano. El hielo viejo, es decir, con más de cuatro años, se ha reducido en un 95% en los últimos 33 años.
El fenómeno del calentamiento global en esta zona del Ártico probablemente ha causado el deshielo prematuro de verano en los mares de Beaufort y Chukchi.
A la inversa, la aceleración del deshielo de la cubierta glaciar de Groenlandia se ha estabilizado, según la NOAA.
Según esta oficina, los seis ríos de Eurasia que desembocaban en el Océano Ártico derramaron un 25% más de agua el verano boreal pasado en comparación con los años 80.
Estos cambios climáticos tienen un efecto dramático en el ecosistema.
“El calentamiento continuo de la atmósfera y el océano árticos está causando grandes cambios en el sistema ambiental, en formas predecibles y sorprendentes”, resumió la agencia.
Por otro lado, el calentamiento ayuda a las algas rojas tóxicas (plancton microscópico o algas más grandes) a conquistar nuevos territorios al penetrar en las aguas cada vez menos frías del Ártico, donde los peces y los mariscos pueden envenenarse.
“Los datos recopilados en la última década muestran claramente que existen múltiples especies de algas tóxicas en la cadena alimentaria del Ártico en niveles peligrosos y es muy probable que este problema persista y empeore en el futuro”, según la NOAA.