El 70% de las ciudades ya siente el cambio climático
El 78% dijo que apoyaba la idea de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Eso finalmente se acordó en París.
El estudio incluyó también a América Latina. El 74% de los encuestados dijo que el fenómeno era un problema serio y el 77% opinaba que podría afectar la seguridad de las personas. Una de las mayores preocupaciones en la región (específicamente el 59%) era la falta de agua debido al cambio climático. Al 21% le atemorizaba que el calentamiento del planeta pudiera provocar lluvias prolongadas y causar inundaciones.
En el informe de Pew Research, con respecto a la región, se contabilizaron respuestas de Chile, Brasil, Venezuela, Perú, México y Argentina.
Este estudio fue recordado hace poco en el encuentro económico de Davos, del Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés). Según los especialistas allí reunidos, miles de personas de clase media sentirán los efectos del cambio climático en las ciudades. En total 215 urbes, ubicadas en 15 países en estado de desarrollo económico, serían afectadas si la temperatura aumenta más allá de 2,5 grados centígrados o si el nivel del mar aumenta.
“En ciudades de clase media y alta, expuestas al cambio climático, gastan mucho más en rubros como aire acondicionado y arreglos en el hogar, versus lo destinado a la diversión, lo cual impacta en las economías”, dice el estudio. Por ejemplo en China la demanda de energía para prender los acondicionadores de aires se ha duplicado desde 1971. Con el incremento de las temperaturas también se eleva el riesgo de mortalidad. En 2050 una persona promedio experimentará entre 27 y 50 días más de climas por encima de los 35 grados centígrados. A medida que la edad mundial sube esto es motivo de preocupación.
En cuanto al aumento del nivel del mar, “los riesgos podrían particularmente sentirse en Asia, donde hay una gran cantidad de partes urbanizadas”.
Entre 1980 y 2014 solo el 9% de las pérdidas económicas ocasionadas por desastres fueron aseguradas. Aún en Estados Unidos, un tercio de las pérdidas fueron pagadas por aseguradoras o agencias del Estado.