El lago Poopó se muere por el cambio climático y El Niño

El cambio climático, el fenómeno El Niño, la contaminación minera y la mala gestión del agua están acercando al lago Poopó, el segundo más grande de Bolivia -después del Titicaca-, a un drama similar al vivido durante las últimas décadas por el mar de Aral (entre Kazajistán y Uzbekistán).
Los manuales de geografía siguen indicando que el Poopó es un lago salino del altiplano andino con una extensión de 2.337 km² (84 km de longitud por 55 km de ancho) y un volumen de 4.000 hectómetros cúbicos de agua, pero la realidad es muy distinta.
El pasado 18 de diciembre el gobernador de Oruro (Bolivia), Víctor Hugo Vásquez, promulgó una ley departamental de desastre por el secamiento del lago Poopó, y sus efectos en los ocho municipios afectados. Las cifras de principios de este año indican sólo quedan pequeñas zonas con agua en el 4% de la superficie original del lago.
La desaparición del Poopó es una tragedia para miles de personas que vivían gracias a recursos como la pesca pero, además, supone un daño ecológico de grandes proporciones. El lago Poopó fue incluido el 2002 en la lista de zonas protegidas por la Convención de Ramsar (de humedales de importancia internacional) en reconocimiento de la variedad única de peces y aves acuáticas que se concentran en esta zona situada a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/

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