El lobo, un magnífico animal en peligro

Nuestro protagonista, cuyo nombre científico es Canis lupus, es un animal carnívoro depredador, es decir, que caza a otros animales para alimentarse. Vive en grupos familiares en bosques, montañas, tundras, taigas y praderas de América del Norte, Eurasia y Oriente Medio, donde en el pasado fueron abundantes.
Se caracteriza por tener un tamaño que puede oscilar entre los 32 y los 70kg, y los 60 y los 90cm de altura dependiendo de la variedad, siendo el más pequeño el lobo árabe: la hembra puede pesar tan sólo unos 10kg. Mide entre 1,3 y los 2 metros desde el hocico hasta la punta de la cola, la cual es aproximadamente un cuarto de la longitud total del cuerpo.
Está hecho por y para sobrevivir: su cuerpo es musculoso y atlético, capaz de alcanzar una velocidad de hasta 65km/h en una persecución. Tiene un estrecho pecho y unas patas robustas que le permiten trotar a 10km/h.
Entre los dedos tiene una pequeña membrana que le permite desplazarse sin hacer mucho ruido, por lo que puede acercarse mucho a sus presas sin ser oído. Sus patas traseras son más largas, y las delanteras tienen un quinto dedo vestigial. Las garras son de color oscuro, no retráctiles.
El pelaje está compuesto por dos capas: la primera repele el agua y la suciedad, y la segunda es un denso subpelaje que lo protege del agua y lo mantiene aislado. Éste se vuelve muy abundante a finales de primavera o comienzos de verano, de modo que es cuando el animal más se frota contra los troncos de árboles, rocas y otros objetos para fomentar la pérdida de pelo, el cual puede ser de color gris, blanco, rojo, marrón, negro, o mezclarse entre ellos.
Afortunadamente, gracias a los programas de reproducción y a la re-colonización, en 1996 la IUCN redujo el estado de riesgo de este animal, pasando a ser de preocupación menor. Aún así, no podemos dejarnos engañar: aunque la situación ha mejorado, en algunas zonas sigue siendo muy grave, como en España.
La situación del lobo ibérico
El lobo ibérico está muy amenazado en la península ibérica. En el 1970, se estima que llegaron a quedar 400 o 500 individuos. Hasta ese año se consideraba como una plaga que había que eliminar a toda costa; incluso el gobierno pagaba recompensar por verlo muerto. Hoy día se siguen poniendo trampas, que son ilegales, pero la ley todavía permite cazarlo.
Aunque la actitud de los españoles hacia este animal está cambiando, gracias sobretodo al gran defensor español de la naturaleza, Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980), que se ganó el respeto y el cariño de millones de españoles por su serie documental ”El Hombre y la Tierra”.
Más de la mitad de la población total de los 2900 lobos ibéricos que se estima que hay viven en el norte de Castilla y León, y menos del 35% en Galicia. Algunas poblaciones están en la Sierra Morena (Jaén y Cuenca). A pesar del peligro, poco a poco se están recuperando: empiezan a verse también en Teruel y en Guadalajara, de modo que ya no se consideran animales en peligro de extinción.
¿Por qué es perseguido?
Hasta 1988 los lobos ibéricos cazaron unos 1200 caballos y burros, y unas 450 vacas y ovejas, lo que representa una pérdida de 720.000 euros. Esas cifras son, evidentemente, mayores a día de hoy. Los ganaderos están muy disgustados con ellos, pero pienso que se debe tener muy presente que ellos sólo hacen lo que tienen que hacer, lo que les dicta su instinto.

Fuente: Mónica Sánchez - https://www.mundoperros.es

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