El zika y el cambio climático

Cada año presenciamos temperaturas límites (desde 2012 tenemos “el año más caliente” y/o el “invierno más frío”), y la contundencia de los fenómenos climáticos están causando periodos de intensa sequía (y desertificación) en grandes porciones de territorio y, por otro lado, lluvias e inundaciones inéditas. De ambos extremos surgen problemas no sólo de equilibrio ecológico -como los daños en la agricultura, entre otros-, sino de salud. Un ejemplo es el brote del virus del zika, que se ha visto alimentado por la potencia que registra desde el año 2015 el fenómeno de El Niño, que por sus lluvias favorece la proliferación de mosquitos, vector del virus. Los mosquitos requieren de charcos para criar sus larvas y luego trasmiten la enfermedad con las picaduras. Temperaturas extremas, fenómenos climáticos extremos y consecuencias extremas son las expresiones de un proceso irreversible para la humanidad.

Fuente: http://www.paginasiete.bo

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