La actividad humana aumentará el riesgo para 1.700 especies animales en 2070
La actividad humana, fundamentalmente el aumento del uso de la tierra, reducirá los hábitats naturales de alrededor de 1.700 especies de anfibios, aves y mamíferos para 2070 y elevará, por tanto, su riesgo de extinción, un estudio que publica este lunes Nature Climate Change.
Elaborado por ecologistas de la Universidad de Yale, en EEUU, el estudio concluye que, en un escenario de “cambios moderados” en el uso humano de la tierra, dentro de 50 años unas 1.700 especies animales habrán perdido entre el 30 y el 50 % de sus hábitats actuales.
La reducción de los hábitats llevará consigo elevados incrementos en los riesgos de extinción de esas 1.700 especies, que incluyen 886 de anfibios, 436 de aves y 376 de mamíferos.
Entre las especies que perderán la mitad de su rango geográfico actual durante las próximas cinco décadas, el estudio menciona la rana de Lombok (Indonesia), el lechwe del Nilo (Sudán del Sur), el ticotico de cejas claras (Brasil) y la pajonalera de pico curvo (Argentina, Brasil y Uruguay).
Más allá de estos casos particulares, las especies que viven en África Central y Oriental, Mesoamérica, Suramérica y el Sudeste Asiático sufrirán la mayor pérdida de hábitat y un mayor peligro de extinción.
Para llegar a estas conclusiones, los autores del estudio combinaron información de la distribución geográfica actual de unas 19.400 especies animales de todo el mundo con las expectativas consensuadas de la comunidad científica sobre futuros desarrollos en la sociedad global, demografía y economía.
“Nuestros hallazgos vinculan esos futuros plausibles con sus implicaciones para la biodiversidad”, explicó Walter Jetz, coautor de la investigación y profesor de ecología, biología evolutiva y estudios forestales y ambientales en la Universidad de Yale.
Las proyecciones de este estudio se pueden consultar en la página web de Map of Life (Mapa de la Vida), una herramienta para “evaluar cómo las especies pueden sufrir en futuros escenarios específicos de uso de la tierra y ayudar a prevenir o mitigar estos efectos”, según Ryan P. Powers, exbecario del laboratorio de Jetz en Yale.
“Si bien puede parecer que la erosión de la biodiversidad en partes lejanas del planeta no nos afecta directamente, sus consecuencias para el sustento humano pueden repercutir globalmente”, advirtió Jetz.