La octava maravilla natural del mundo

En el siglo XIX cuando Nueva Zelanda aun era un destino remoto y prácticamente desconocido, los viajeros se aventuraban en barcos a vela para conocer una de sus más atracciones más pintorescas: las terrazas rosadas y blancas del lago Rotomahana, en la Isla Norte, una formación hecha de extensas capas de caliza y travertino.
En 1886 la erupción del Monte Tarawera sepultó las terrazas y dejó al mundo sin una de sus maravillas naturales. Hasta ahora. Porque 131 años despúes de ese episodio un grupo de investigadores de Nueva Zelanda afirma haberlas redescubierto 15 metros bajo la superficie, enterradas bajo capas de ceniza y barro.
“Las terrazas se convirtieron en la mayor atracción turística del hemisferio sur durante esa época. Muchos viajeros se recorrían a diario miles de kilómetros para poderlas ver, pese a que viajar de ese modo fuera menos común en esos tiempos. Ahorraban para venir a verlas”, dijo uno de los investigadores, Rex Bunn.
Durante años se creyó que las terrazas habían sido empujadas al fondo del lago, pero Bunn y su colega Sascha Nolden están convencidos de que quedaron enterradas, pero en la orilla, fracturadas en tres partes.

Fuente: http://tn.com.ar/

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