La ola de calor de Siberia preocupa a los científicos

Las altas temperaturas que están afectando a Siberia, con máximas de hasta 38 grados en la ciudad rusa de Verkhoyansk, tienen preocupados a los científicos por lo que puede suponer a nivel mundial y en relación al cambio climático.
“El Ártico está literalmente y en sentido figurado en llamas, se está calentando mucho más rápido de lo que pensábamos en respuesta al aumento de los niveles de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera, y este calentamiento está llevando a un rápido derretimiento y aumento de los incendios forestales”, señala a PBS Jonathan Overpeck, científico del clima y decano de la Escuela Ambiental de la Universidad de Michigan (Estados Unidos). “El calentamiento récord en Siberia es una señal de advertencia de grandes proporciones”.
Y el problema es que no se trata de un hecho casual. Gran parte de Siberia ha tenido altas temperaturas, que fueron más allá de lo estacional, durante lo que va de año. De enero a mayo, la temperatura media en el centro-norte de Siberia ha sido de unos 8 grados centígrados por encima de la media. “La región está siendo mucho, mucho más cálida de lo que nunca ha sido en ese período de tiempo”, afirma el científico climático Zeke Hausfather, de Berkeley Earth, una organización sin ánimo de lucro especializada en análisis de temperaturas y ciencia climática. Siberia está en el Libro Guinness de los Records Mundiales por sus temperaturas extremas. Es un lugar donde el termómetro ha oscilado 106 grados centígrados, desde un mínimo de 68 grados bajo cero hasta un máximo de 38 grados centígrados.
Afecta a todo el planeta
Esto debería hacer sonar las alarmas, señala Overpeck. Este calor siberiano tan prolongado no se ha visto en miles de años “y es otra señal de que el Ártico amplifica el calentamiento global aún más de lo que pensábamos”. La temperatura de la Tierra en las últimas décadas ha estado creciendo, en promedio, en 0,18 grados centígrados cada 10 años. Pero en Rusia aumenta en 0,47 grados centígrados y en el Ártico ruso, en 0,69 grados centígrados cada década, según confirma Andrei Kiselyov, científico principal del Observatorio Geofísico Principal de Voeikov, con sede en Moscú. “En ese sentido, estamos por delante de todo el planeta”.
El aumento de las temperaturas en Siberia se ha relacionado con los prolongados incendios forestales que se agravan cada año y el descongelamiento del permafrost (capa de suelo permanentemente congelado). Este último fenómeno libera más gas, que atrapa el calor y seca el suelo, lo que aumenta los incendios forestales, indica Vladimir Romanovsky, que estudia el permafrost en la Universidad de Alaska Fairbanks (Estados Unidos). “En este caso es aún más grave, porque el invierno anterior fue inusualmente cálido”, añade Romanovsky. El permafrost se descongela, el hielo se derrite, el suelo se hunde y entonces puede desencadenar un bucle de retroalimentación que empeora el deshielo del permafrost y “los fríos inviernos no pueden detenerlo”.
En agosto pasado, más de 4 millones de hectáreas de bosques en Siberia se incendiaron, según Greenpeace. Este año los incendios ya han comenzado, mucho antes de lo habitual en julio, La persistencia del clima cálido, especialmente si se combina con incendios forestales, hace que el permafrost se descongele más rápido, lo que a su vez exacerba el calentamiento global al liberar grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero que es 28 veces más fuerte que el dióxido de carbono, explica Katey Walter Anthony, de la Universidad de Alaska Fairbanks. “El metano que escapa de los sitios de deshielo del permafrost entra en la atmósfera y circula por todo el mundo”, afirma. “El metano que se origina en el Ártico no se queda en el Ártico. Tiene ramificaciones globales”.
Temperaturas que varían 106 grados
Y lo que sucede en el Ártico puede incluso distorsionar el clima en los Estados Unidos y Europa. En verano, el inusual calentamiento disminuye la diferencia de temperatura y presión entre el Ártico y las latitudes más bajas donde vive más gente. Eso parece debilitar y a veces incluso detener la corriente en chorro, lo que significa que los sistemas meteorológicos como los que traen calor o lluvia extremos pueden permanecer estacionados en lugares durante días.
Según los meteorólogos de la agencia meteorológica rusa Rosgidromet, una combinación de factores, un sistema de alta presión con un cielo claro y un sol muy alto; horas de luz diurna extremadamente largas; y noches cortas y cálidas han contribuido al aumento de la temperatura en Siberia. “La superficie del suelo se calienta intensamente. Las noches son muy cálidas, el aire no tiene tiempo de enfriarse y continúa calentándose durante varios días”, dijo Marina Makarova, meteoróloga jefe de Rosgidromet.
Los científicos están de acuerdo en que el pico es indicativo de una tendencia de calentamiento global mucho mayor. “El punto clave es que el clima está cambiando y las temperaturas globales se están calentando”, indica Freja Vamborg, científica principal del Servicio de Cambio Climático de Copérnico en el Reino Unido. “Estaremos rompiendo más y más récords a medida que avanzamos”. “Lo que está claro es que el calentamiento del Ártico añade combustible al calentamiento de todo el planeta”, concluye Waleed Abdalati, un antiguo jefe científico de la NASA.

Fuente: www.elconfidencial.com

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