Las hembras pulpo arrojan objetos a los machos que las acosan

Una investigación realizada por científicos de la universidad de Sidney plantea un comportamiento hasta ahora desconocido llevado adelante por las hembras pulpo. De acuerdo a observaciones realizadas en el lecho de Jarvis Bay, en un sector de las costas de Australia conocido como “Octlantis”, en algunos casos recurren al lanzamiento de objetos para rechazar el acoso de los machos en busca de apareamiento.
En una preimpresión publicada en la base de datos bioRxiv se explora el tema con detalle. La investigación se llevó a cabo con el trabajo colaborativo de Peter Godfrey-Smith, David Scheel, Stephanie Chancellor, Stefan Linquist y Matthew Lawrence.
Si bien está documentado que una serie de animales salvajes propulsan cosas a otros animales, solo unos pocos, como los chimpancés, apuntan a su propia especie. “Es especialmente raro arrojar objetos a otros miembros de la misma población”, dice Godfrey-Smith.
Desde 2015 el grupo de investigadores filma el comportamiento de los pulpos (Octopus tetricus) en una pequeña área de lecho marino donde la arena es lo suficientemente suave como para que excaven sus madrigueras con facilidad. Como consecuencia, se concentró allí un número anormal de octópodos. Ello les permitió recoger evidencias en video de pulpos arrojando objetos.
Los científicos de la Universidad de Sidney comenzaron entonces a identificar un patrón: por lo general, los pulpos tienden a lanzar limo, algas u objetos como conchas marinas propulsándolos con chorros de agua, ya sea para eliminar restos de comida o para cavar al construir su madriguera.
Hembras y machos
Pero con la acumulación de material, concentraron la atención en las hembras que lanzaban objetos como limo (un tipo de sedimento suave) o algas a los machos luego de una persecución de apareamiento infructuosa. En esos casos, la selección de tentáculos cambiaba y era posible ver cómo “enfocaban” a su víctima dentro del campo de tiro antes de propulsar el objeto.
Un video en el que una hembra arrojó limo 10 veces a un macho de una guarida cercana que intentaba aparearse con ella, resultó particularmente significativa. “Esa secuencia fue una de las que me convenció”, afirma Godfrey-Smith.
En cuatro de estas ocasiones, el macho intentó “agacharse”, aunque no siempre lo consiguió. En dos casos, anticipó los lanzamientos de los movimientos de la hembra y comenzó a esquivar antes de que el cieno fuera lanzado hacia él.
El equipo decidió publicar los hallazgos como una preimpresión después de que se publicara un documento que sugería que los osos polares a veces usan rocas o trozos de hielo como armas durante la caza, por ejemplo, arrojando rocas desde los acantilados a las morsas.

Fuente: www.pagina12.com.ar

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