Los perros te escuchan, pero no te entienden
Los perros tienen un agudo sentido del oído, son capaces de escuchar atentamente las órdenes de sus dueños, pero las palabras se mezclan en su cerebro. No diferencian entre fonemas similares. Creerán que ‘dog’ (perro en inglés) o ‘dig’ son el mismo sonido. Para probar sus hipótesis, los investigadores húngaros de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) llevaron a cabo un experimento con electroencefalografía no invasiva (EEG) en perros despiertos. Les conectaron diferentes sensores en la cabeza y dejaron que se sentaran tranquilamente en un colchón junto a sus dueños, para lograr la mínima estimulación posible.
La electroencefalografía (EEG) es una técnica de uso frecuente en estudios clínicos y de investigación en humanos y también se ha aplicado con éxito en perros tranquilizados, dormidos o despiertos pero entrenados. Sin embargo, en este estudio, los investigadores midieron el EEG en perros despiertos sin ningún entrenamiento específico.
Con los electrodos encendidos, los perros escuchaban una cinta grabada, donde se encontraban órdenes que conocían, como ‘sit’ (sentarse), junto a palabras sin sentido que sonaban igual (‘sut’) o palabras con sentido diferente (como ‘bep’). Los animales reaccionaban en 200 milisegundos al oír el comienzo de la palabra que conocían, una velocidad similar a la detectada en los humanos. Sin embargo, el cerebro de los perros no hizo ninguna diferencia entre las palabras conocidas y las que no tenían sentido pero sonaban parecido.
No son eficientes en el procesamiento de detalles fonéticos de las palabras, algo que los científicos consideran clave para desarrollar un vocabulario extenso. Les ocurre igual a los bebés de menos de 14 meses, pero estos sí pueden diferenciar los sonidos del habla de manera perceptiva. “De manera similar al caso de los bebés humanos, especulamos que la similitud de la actividad cerebral de los perros para las palabras de instrucción que conocen y para palabras sin sentido similares no refleja limitaciones de percepción sino sesgos de atención y procesamiento. Es posible que los perros no presten atención a todos los detalles del sonido del habla cuando escuchan las palabras. Investigaciones posteriores podrían revelar si esta podría ser una razón que incapacita a los perros para que adquieran un vocabulario considerable”, ha explicado Attila Andics, investigador principal del estudio, según recoge la CNN.