Plagas urbanas.

Mosquitos:
No obstante la gran diversidad que existe entre las diferentes especies de mosquitos (o zancudos), todos ellos tienen al menos dos características en común: aparato bucal picador-chupador, con el que, por regla general, las hembras toman de las aves y mamíferos (incluyendo humanos), la sangre que requieren para la puesta de huevos; y el hecho de que las larvas siempre se desarrollan en el agua.
Los mosquitos del género Culex spp., crían cerca de las viviendas en áreas urbanas y rurales, principalmente en aguas turbias y contaminadas.
El género Aedes spp. agrupa a un buen número de especies, que prevalecen especialmente en las áreas urbanas. Ponen sus huevos en charcas, arroyos y recipientes artificiales, directamente en el agua, desarrollándose las fases de larva y pupa en este medio. Los adultos vuelan después de la puesta del sol, y principalmente durante la noche.
Los mosquitos del género Anopheles spp. transmiten la malaria (producida por protozoarios del género Plasmodium spp.). Se han identificado más de 40 especies, que son especialmente activas al anochecer y al amanecer. Las fases larvarias se desarrollan en un hábitat acuático (charcas, lagos) con abundante vegetación. La mayoría de las especies se reproduce en agua poco contaminada, por lo que en zonas urbanas proliferan en menor medida (parques, terrenos no edificados). Algunas especies se han adaptado a la vida en las ciudades.
Todos éstos forman parte del orden de los dípteros; presentan características diferenciadoras a nivel biológico, como la de poseer un par de alas y no dos como es común entre los insectos, ya que el par posterior está atrofiado y reducido a halterios o balancines. El aparato bucal se ha adaptado para perforar y succionar los jugos; en el caso del macho, líquidos de origen vegetal, y en el de las hembras, la sangre de vertebrados, necesaria para la maduración de los huevos.
Estos insectos de pequeño tamaño (5-10 mm) tienen un cuerpo esbelto y las patas largas. La diferencia fundamental entre machos y hembras, interesante porque éstas son las que producen las picaduras, es que los primeros poseen antenas plumosas claramente visibles.
Este grupo desarrolla un ciclo biológico en el que ponen huevos en forma de cigarro, de los que salen larvas sin patas en forma de gusano, que se alimentan básicamente de materia en descomposición. El desarrollo larvario transcurre fundamentalmente en hábitats acuáticos; las larvas se caracterizan por presentar una cápsula cefálica desarrollada, en comparación con otros insectos. Experimentan entre tres y ocho mudas, y al final se transforman en una pupa móvil, de la que saldrá finalmente el individuo adulto, que adquiere un porte de 5-10 mm. El ciclo vital varía entre 1 semana y 1 año, según las especies.
Estas especies están involucradas en la transmisión de enfermedades, además de los efectos indeseables que producen las picaduras, como la malaria (por el género Anopheles) y el dengue (Aedes), entre otras: fiebre amarilla, filariasis, encefalitis.
Moscas

Pertenecen al orden Diptera, familia Muscidae. Se distribuyen por diferentes hábitats urbanos, en viviendas, jardines y campo abierto, establos y otras construcciones de animales domésticos o mataderos. También se desarrollan en zonas abiertas, en vertederos, cloacas y lugares de acampada. Según la O.M.S., las moscas pueden ser portadoras de gérmenes de diferentes enfermedades, transmitidas indirectamente (en general) al hombre y a los animales (disentería, tifus, cólera, salmonelosis, amibiasis).

Foto: Cristina Rebello
En este grupo amplio se incluyen diferentes géneros y especies de moscas, destacando por su familiaridad la mosca doméstica (Musca domestica) o la de las frutas (Drosophila spp.), la mosca de la carne (Sarcophaga carnaria), la mosca doméstica menor (Fannia canicularis) y la mosca de los establos (Stomoxys calcitrans).
El impacto sanitario de la transmisión directa (por picadura) de enfermedades al hombre, es reducido: se circunscribe a otras especies. Sin embargo, desempañan un papel relevante en la contaminación de los alimentos, y por ende en los problemas de salud pública que compete, especialmente en el caso de la mosca doméstica.
El ciclo biológico comienza con la puesta de huevos a principios de la primavera, generalmente sobre materia en descomposición y residuos, que constituye el hábitat reproductivo natural. Ponen cientos de huevos (150-200, mosca doméstica); las larvas se desarrollan de manera rápida, y la fase pupal normalmente transcurre enterrada en los residuos. El crecimiento es muy rápido, por lo que en un año pueden generarse a partir de cada hembra cinco generaciones.
Flebótomos
Se trata de pequeños dípteros hematófagos de la familia Psychodidae, de la que se conocen cerca de 700 especies. Existen diferentes géneros, siendo los más importantes Lutzomyia, Phlebotomus y Sergentomyia. Se reproducen cerca de edificios; el adulto reposa en grietas y oquedades de las zonas limítrofes abiertas y umbrosas, aunque pueden invadir las viviendas. El hábitat donde se desenvuelve habitualmente este díptero está formado por los espacios abiertos boscosos con humedad, zonas umbrosas y áreas con vegetación, como parques y jardines.
Sus picaduras causan fuertes dolores y, lo que aún es más importante, son vectores de enfermedades como la leishmaniasis cutánea y la visceral.
Se les denomina moscas polilla, y también son conocidos como “sandflies”. Los adultos tienen un tamaño de 1-3 mm y un color pardo, con numerosas vellosidades (pelos) que cubren el cuerpo y las alas. La hembra es hematófaga y necesita la sangre para el desarrollo y maduración de los huevos, circunstancia que además le confiere el carácter de vector al transmitir el posible agente patógeno a través de las picaduras sucesivas.
El ciclo biológico del flebótomo se caracteriza por el desarrollo de larvas terrestres, pupas sésiles y hembras adultas que atacan, estas últimas, a mamíferos en el crepúsculo del día o durante la noche, reposando entre la vegetación y en oquedades con humedad durante el día. Los huevos (entre 49 y 59, dependiendo de la especie) eclosionan después de un período de una semana, sucediéndose las fases larvarias (4) hasta llegar a la fase de la que emergerán, entre 7 y 10 días después los individuos adultos. Las larvas, según la especie, pueden vivir en la materia orgánica en descomposición o en el agua.
Culicoides
Estos mosquitos hematófagos de pequeño tamaño (5 mm) pertenecen a la familia Ceratopogonidae, representada por los géneros Culicoides, Leptoconps, Forcipomya y Austroconps, que generalmente crían en zonas inundadas y en tierras húmedas.
Los adultos pueden llegar a causar molestias importantes por medio de sus picaduras, aunque sólo determinadas especies del género Culicoides son las que tienen especial interés para la salud pública, ya que transmiten ciertos nemátodos causantes de las filariasis y arbovirus a hombres y animales; son responsables, asimismo, de la transmisión de la peste equina.
El adulto presenta unas alas cortas y anchas recubiertas de pilosidades con forma de orla. El hábitat idóneo son los alrededores de los ecosistemas acuáticos, en zonas de vegetación frondosa y en lugares urbanos donde se encuentran animales domésticos.
Simúlidos
Los simúlidos tienen importancia no sólo como plagas molestas para el hombre, sino también como vectores de la oncocercosis, que puede llegar a producir ceguera. El agente causal de esta enfermedad es un gusano filarial (Onchocerca spp.) que parasita al hombre como huésped principal. Asimismo, transmiten enfermedades a mamíferos y a aves según la especie de simúlido.
Se les denomina también moscas negras o “blackflies”; alcanzan un tamaño entre 2-5 mm y son en general de porte pequeño y cuerpo rechoncho, con abundantes vellosidades cortas y doradas, y alas grandes.
El hábitat habitual son las proximidades de las aguas y orillas de ríos, donde abundan los criaderos de este mosquito.
El desarrollo del ciclo biológico transcurre durante la etapa larvaria en el medio acuático, en aguas limpias y cursos de corriente fuerte. En la ovoposición (cada huevo tiene un tamaño de 0,1-0,5 mm), realizada sobre el agua y en los sedimentos húmedos o en la vegetación, cada hembra puede llegar a poner entre 200 y 300 huevos. Las larvas, al eclosionar, tienen un tamaño de 3-10 mm y pasan por 6-9 estadíos, cuya duración varía entre 1 semana y meses, según la especie. La duración de la fase de pupa es de 2-10 días. Pueden producir entre 2 y 5 generaciones por año, en el caso de las especies del género Simulium.
Las larvas se alimentan de microorganismos en suspensión y detritus de los cauces de los ríos; los adultos, normalmente, de jugos de vegetales, a excepción de las hembras fecundadas que, siguiendo la pauta hematófaga de os mosquitos, pican a los mamíferos para obtener sangre, necesaria para garantizar la reproducción.
La actividad de los simúlidos se desarrolla fundamentalmente desde principios de primavera a mediados de otoño y generalmente es diurna, alcanzando su máximo al mediodía. Los machos forman enjambres que vuelan en las inmediaciones de ríos y arroyos.
Cucarachas
Pertenecen al suborden Blattoidea, fueron consideradas en tiempos como insectos primitivos, habiéndose encontrado fósiles pertenecientes al Carbonífero. Se han identificado numerosas especies que normalmente vive en zonas tropicales, aunque algunas están asociadas al hábitat humano, relacionadas en general con una higiene deficiente en las regiones templadas y mediterráneas.
Las tres especies más importantes relacionadas con el hábitat humano son: la cucaracha americana (Periplaneta americana), que es la de mayor porte; la cucaracha oriental (Blatta orientalis), de color café oscuro, que ocupa el mismo hábitat que la rubia americana; y, la más pequeña de las tres y de color amarillo-café, la cucaracha alemana (Blatella germanica), que tiene un ciclo biológico más corto, ya que completa el desarrollo en 2-3 meses. Por ello y por su capacidad de adaptación es la especie más abundante en la mayoría de las zonas urbanas.
Son insectos de tamaño mediano o grande, de aspecto aplanado, con dos pares de alas de los cuales el anterior es rígido y se dispone horizontalmente sobre el dorso; las antenas son largas y finas, las patas alargadas y bastante espinosas. La parte superior del tórax (pronoto) tiene forma de escudo que se extiende hacia delante y cubre la cabeza.
Su distribución ecológica es amplia ya que se han extendido por todo el mundo debido a las actividades comerciales. Por este motivo, su hábitat habitual está relacionado con el hombre, es cálido y húmedo y con alimentos (cocinas, almacenes, baños, piscinas). Son especies que se mueven de noche y prefieren los lugares oscuros y, aunque podrían volar, son fundamentalmente terrestres, hábiles corredoras difíciles de capturar. Durante el día, se ocultan en ranuras y huecos inaccesibles en los que pasan desapercibidos durante el tiempo suficiente hasta que alcanzan un número elevado de individuos. No son portadores de gérmenes que ocasionen enfermedades concretas, pero sí contaminan, con un amplio espectro de bacterias, todo tipo de alimentos y utensilios.
Las cucarachas ponen sus huevos en pequeños recipientes en forma de talega llamados ootecas. A menudo, se pueden ver saliendo por el extremo final del abdomen de las hembras. La mayor parte de las cucarachas depositan su ooteca en cuanto ésta se ha formado; pero la cucaracha germánica la transporta hasta que los huevos están a punto de eclosionar. En cada ooteca hay entre 12 y 50 huevos. Las ninfas son vermiformes en el momento de eclosionar y al entrar en contacto con el aire, se desprenden de la cutícula y salen pequeñas ninfas. Sufren una metamorfosis gradual (realizan 5 a 12 mudas) invirtiendo varios meses en madurar, según la especie: B. germanica completa el ciclo en 2-3 meses, mientras que P. americana necesita 12 meses para su desarrollo.
Las cucarachas son omnívoras, gregarias, saprófagas y nocturnas; para sobrevivir necesitan buenas condiciones de hábitat, calor, humedad, alimentos y refugio.
Entre la gran variedad de daños que causan las cucarachas, tiene primordial importancia la contaminación de los alimentos para el consumo humano. Como resultado de ello, transmiten una gran variedad de agentes patógenos (estreptococos, salmonela) para el hombre y los animales, aunque no se ha demostrado fehacientemente la relación de causalidad. Además, producen daños económicos a través de la destrucción directa de los alimentos o indirecta al contaminarlos.
Chinches
Son insectos con un poderoso aparato bucal que viven al aire libre, si bien algunas especies se han adaptado bien al hábitat humano, en zonas urbanas y rurales.
Las chinches son de color amarillento, tienen un tamaño entre 6-7 mm y sus hábitos son nocturnos; durante el día, permanecen ocultos en el interior de las grietas de las paredes, debajo del empapelado o en el mobiliario de la casa (colchones), donde crían y forman sus colonias. Su presencia se advierte por las excretas, que se asemejan a un punteado oscuro, y por el olor peculiar que emiten. Sus sentidos son capaces de guiarles hasta la presa, atraídos por el calor corporal; la picadura provoca una reacción dérmica y prurito, pero no desempeñan un papel importante en la transmisión de enfermedades.
En las viviendas, se pueden encontrar tres especies de Cimicidae: Cimex lectularius (chinche de la cama), Cimex hemipterus (zonas tropicales) y Leptocimex boneti (Africa); también pueden parasitar a murciélagos (Cimex pipistrelli), palomas (Cimex columbarius), etc.
Estas especies se caracterizan por poseer unas potentes piezas bucales que ejercen un efecto taladrador-succionador. La chinche de las camas es la que tiene mayor interés sanitario: es capaz de ingerir más de siete veces su peso en sangre; luego se refugia en un escondite donde pone hasta 200 huevos, dependiendo de los factores climáticos. Las crías se parecen a los adultos, mudan 5 veces a lo largo del desarrollo y en cada una de las mudas han de ingerir sangre.
Son parásitos ocasionales de mamíferos o aves, adaptándose a extraer sangre, y sin embargo no parecen estar relacionados con la transmisión de enfermedades al hombre, aunque sus picaduras sí producen molestias.
Pulgas
Las especies más importantes de pulgas son. la pulga del hombre (Pulex irritants), la pulga del gato (Ctenocephalides felis), la pulga del perro (C. canis) y la pulga de las aves (Ceratophillus) que atacan a los seres humanos y a los animales domésticos en general. La pulga de la rata (Xenopsylla cheopis) es una especie peligrosa para el hombre ya que transmite la enfermedad conocida como la peste.
Las pulgas crían cerca de sus huéspedes: en el polvo, la basura, las rendijas del suelo, las alfombras, las paredes de adobe, etc. Son animales hematófagos y sus picaduras producen pápulas eritematosas en la piel y prúrito. Están implicadas en la transmisión de la peste, el tifus murino y la teniasis.
Pertenecen al orden de los Sifonópteros; su exoesqueleto, resistente y quitinoso, delgado y alargado, les confiere una extraordinaria resistencia y agilidad, y pueden llegar a saltar hasta 30 cm.
Estos insectos pequeños (1-8 mm), tienen un cuerpo duro y sin alas, comprimido lateralmente, generalmente de color parduzco, con piezas bucales adaptadas para chupar la sangre de su huésped que constituye su alimento. Las patas posteriores están muy desarrolladas, lo que les permite dar grandes saltos y trasladarse cuando no parasitan a un animal. Los huevos de las pulgas son planos, ovales y de color blanco grisáceo (0,25 mm) y pueden encontrarse en el suelo o en el huésped, raramente asidos a los pelos, al contrario que el piojo. Eclosionan a los 10 días y las larvas no son parásitos; se alimentan de detritus, incluso de las pulgas adultas, tienen forma de gusano con algunos pelos, son ciegas y están dotadas de aparato masticador.
Aunque son ectoparásitos de mamíferos y aves, no tienen una relación de dependencia con su huésped, como ocurre con los piojos, sino que pueden cambiar o abandonar éste, temporalmente, para volver a parasitarlo en función de sus necesidades, si bien pueden pasar largas temporadas sin alimentarse. Sus picaduras son muy irritantes, producen un enrojecimiento de la zona afectada y picor intenso; pero lo más importante es que, a través de estas picaduras, pueden contagiar enfermedades. Las pulgas parásitas de la rata de tejado o barco son vectoras de la peste bubónica, producida por Pasteurella pestis. Se calcula que esta enfermedad produjo, durante la Edad Media, 25 millones de muertes. Aunque en la actualidad ya no es un problema en los países desarrollados, siempre existe el riesgo de que, en zonas deprimidas e infestadas de roedores, las pulgas puedan volver a ser vectoras de esta enfermedad.
El ciclo biológico se desarrolla a través de una metamorfosis completa que comienza al poner varios cientos de huevos sobre el huésped que, al no quedar fijados, suelen caerse en las zonas limítrofes (nidos, perreras, camas, etc.). Después de 1 ó 2 semanas, los huevos eclosionan y aparecen las larvas vermiformes, que se alimentan de los detritus del huésped y de las pulgas adultas, ya que en estos últimos pueden encontrar pequeñas cantidades de sangre no digerida. El período larvario varía entre 2 y 3 semanas; al final del mismo, la larva teje un capullo sedoso en cuyo interior permanece inmóvil durante 2 ó 3 días y finalmente muda para transformarse en pupa.
El estadío pupal tiene una duración variable, dependiendo de la temperatura y la especie, es muy probable que muchas pulgas pasen el invierno en esta forma. Las pulgas de los mamíferos se reproducen durante todo el año. aunque decrezca su ritmo durante el invierno, pero las de las aves suelen ajustar su período reproductor al de éstas.
Piojos
Pertenecen al orden Anoplura, familia Pediculae (piojos y ladillas). Son pequeños insectos (2-4 mm) adaptados para ejercer la actividad parasitaria en los mamíferos y en particular en el hombre: no tienen alas, las estructuras ópticas son muy reducidas y sus piezas bucales se han adaptado para morder y chupar; son fundamentalmente hematófagos.
Merecen destacarse tres especies por su singular importancia: el piojo de la ropa (Pediculus humanus corporis), el piojo del cabello (Pediculus humanus capitis) y la ladilla o piojo del pubis (Phthirius pubis).
Todo el ciclo evolutivo huevo-adulto de los piojos tiene lugar en el cuerpo del huésped, en las pilosidades del cuerpo, donde ponen los huevos (liendres) o en elementos comunes al hombre (ropas, camas), transmitiéndose por contacto directo a través de objetos (peines), ropa o relaciones sexuales.
La picadura del piojo causa irritación cutánea, si bien se considera que el piojo de la ropa puede transmitir enfermedades, como la fiebre recurrente y la pediculosis.
Estos animales, organismos parásitos por excelencia, están supeditados siempre al huésped sobre el que viven, diferenciándose las especies chupadoras, de los piojos masticadores, parecidos a los primeros pero con la cabeza más ancha, dos pinzas en cada pata y que normalmente no parasitan al hombre sino que afectan al perro (Trichodectas canis) y al gato (Felicola subrostratus).
Desde el punto de vista biológico, hay que destacar que pueden tener boca masticadora o chupadora, y se alimentan de la piel, las plumas o la sangre de sus huéspedes. Tienen el cuerpo duro y aplanado, con patas provistas de uñas que les permiten engancharse fuertemente a los pelos. Además, carecen de alas ya que no las necesitan para desplazarse. Se conocen unas 2.500 especies de piojos masticadores (orden Malófagos) y unas 225 de piojos chupadores (orden Anopluros).
El ciclo biológico comienza cuando las hembras ponen entre 50-100 huevos que pega a los pelos del huésped, aunque los piojos humanos pueden dejarlos sueltos y sobre todo los piojos de la ropa. De los huevos emergen ninfas que, tras sufrir 3 mudas, llegan al estado adulto empleando en todo el proceso 3 ó 4 semanas.
Más información en: García, J. 1994. Biología y Control de Plagas Urbanas. Interamericana McGraw-Hill, España, 355 pp.

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