Cada vez hay menos jirafas
Una organización que trabaja en la promoción del bienestar alerta que la comercialización de pieles y huesos de jirafas hace que se reduzca la población de esta especie en estado salvaje. En nueve años se importaron más de 40.000 partes del animal para la fabricación de almohadas, botas, cubiertas para Biblias, entre otros.
La caza furtiva y pérdida de hábitat hacen que la población de jirafas vaya disminuyendo. De acuerdo a un estudio realizado en el 2016 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, de 150.000 se redujo a 100.000 desde 1985.
Para demostrar cómo funciona la cacería de estos animales, la Sociedad Humanitaria de Estados Unidos y sus afiliados internacionales, se infiltró en el negocio con ayuda de un investigador.
Pudo observar 21 locales de Estados Unidos que importaban partes de la especie y pudo descubrir que una jirafa joven disecada se vendía por USD 7.500, en tanto que los forros de Biblia alcanzaban los USD 400, al igual que las botas. Pero también pudo ver una almohada fabricada con una cabeza intacta, incluyendo las pestañas, según publica The New York Times.
Varios de los recorridos fueron documentados mediante una cámara escondida que llevaba consigo el investigador.
Si bien los vendedores argumentaban que mataban a las jirafas porque eran agresivas y ponían en peligro a los aldeanos, no hay evidencia de que la especie sea un peligro para las personas o los cultivos, puesto que se alimentan de hojas de árboles.
Los cazadores de trofeos generalmente suelen conservar la cabeza y parte del cuello como trofeo, mientras que el resto queda a cargo de la persona que organizó la actividad. Esta se encarga de la venta de sus partes, que luego se convierten en artículos de ornamentación.
Una de las opciones para evitar que la población de jirafas siga disminuyendo drásticamente es incluirlas en la lista de animales en peligro de extinción, para así regular su comercialización, que actualmente es legal.