Científicos argentinos a bordo del barco de Greenpeace

Tras dos meses en la Antártida, impulsando las investigaciones y siendo testigo del derretimiento de los hielos por el aumento de temperatura, el Arctic Sunrise continúa su travesía en reclamo de un Tratado Global de los Océanos, cuyas negociaciones en Nueva York se están realizando desde el 7 de marzo pasado hasta el 18. Mediante este acuerdo internacional, se generarán herramientas para la creación de santuarios marinos.
Esta primera etapa por el Mar Argentino contará con la presencia de Valeria Falabella, Directora de Conservación Costero-Marina de Wildlife Conservation Society Argentina (WCS Argentina) y Martín Brogger, científico del CONICET y especialista en especies bentónicas, para investigar la biodiversidad y los impactos en el fondo marino en el Agujero Azul.
El Agujero Azul es una zona de aguas internacionales que se ubica aproximadamente a 500 km al este del Golfo de San Jorge en la Patagonia argentina. Allí, la plataforma continental argentina se extiende más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se expande hasta las 200 millas náuticas de la costa, lo que la hace un área relativamente de poca profundidad en el contexto de las aguas internacionales. Tiene un rol ecológico central porque brinda importantes áreas para el desove y alimentación de mamíferos marinos y aves. Es también el hogar de numerosas especies comerciales y lugar de alimentación para la emblemática ballena franca austral y otras en estado de conservación vulnerable, como el cachalote, el rorcual y los albatros.
Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace y participante de la expedición junto a Falabella y Brogger, señaló: “Los océanos cumplen un rol fundamental en la mitigación del cambio climático, garantizan la salud de los ecosistemas y aseguran la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas en todo el mundo. El trabajo científico en coordinación con el activismo y las políticas de protección a nivel global deben articularse para garantizar océanos sanos”.
Una de las principales actividades que impactan en los océanos y que alertan las organizaciones ambientales y conservacionistas y científicos es la sobrepesca. Esta semana, un nuevo informe de Greenpeace Internacional sacó a la luz una industria pesquera de calamares en rápido crecimiento y en gran medida no regulada. Una de las zonas críticas de captura de calamar es en aguas internacionales del Mar Argentino, específicamente en el Agujero Azul.
El recorrido del Arctic Sunrise abarcará toda la extensión de la costa atlántica argentina, desde Ushuaia hasta Buenos Aires, donde arribará a mediados de abril.

Fuente: www.greenpeace.org

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