Cómo contaminan las colillas de cigarro

A pesar de que su apariencia engaña a cualquiera y hace creer que son biodegradables, en realidad están fabricadas con hidrocarburos y acetato de celulosa, que se deriva del petróleo.
Además, cada una está recubierta con dos sustancias plastificantes que se utilizan para que el cigarrillo mantenga esa forma cilíndrica que le conocemos.
La Ley General de Control del Tabaco Nº 9028 le asigna a las municipalidades la responsabilidad de limpiar los puntos de las aceras en las que se acumulan más residuos de este tipo, producto de quienes fuman fuera de negocios como bares y restaurantes, así como en las afueras de empresas. Sin embargo, la suciedad impera y los consumidores dejan más evidencias que el olor de las bocanadas.
El problema no se queda en las aceras; por el contrario, tienden a transportarse a las alcantarillas, producto de las corrientes pluviales.
Las colillas de cigarro son el principal residuo que contamina las playas a nivel mundial.
Por cada colilla arrastrada hasta ríos o mares, se contaminan dos litros de agua.
“Los filtros y los cigarros, al entrar en contacto con el agua, la contaminan con sustancias tóxicas como nicotina y alquitrán, así como metales pesados como plomo, arsénico y cianuro”, comenta Giovanna Longhi, de la asociación Terra Nostra.
“Al ingerir los animales el agua contaminada o las colillas, pueden sufrir enfermedades e incluso la muerte, si consumen mucha nicotina”, agrega, asegurando que las colillas son halladas en los estómagos de especies marinas, aves y tortugas, producto de que confunden tales materiales con alimento.
En otros casos, más bien estos restos pueden generar incendios forestales, cuando se quedan encendidos. Mientras no se apaguen, además, se seguirán liberando los contaminantes que tiene el cigarro.
Lo ideal es depositar las colillas en recipientes de basura y no en maceteros, caños o aceras. En Costa Rica no existen todavía programas de reutilización, pero en otros países sí se han venido desarrollando campañas para darles un uso a estos residuos, o motivar su correcto depósito.

Fuente: ARTURO PARDO V. - http://www.nacion.com/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *