Cómo se produce el síndrome de la domesticación en los animales
Charles Darwin fue el primero en notar que los animales domésticos son más dóciles y tienen características comunes, como el hocico más corto, algo que se conoce como síndrome de la domesticación, y ahora investigadores españoles han establecido cómo se produce.
Los cambios en un grupo de genes en las etapas tempranas de la domesticación desembocan en unos rasgos comunes para los animales domésticos y los resultados del estudio, que publica Molecuar Biology and Evolution, sugieren que tras varias generaciones esos cambios epigenéticos pueden integrarse en el genoma y perdurar.
Hace cinco años, el alemán Adam Wilkins, el estadounidense Richard Wranghan y el austriaco Tecumseh Fitch sentaron la hipótesis de que el síndrome o fenotipo de la domesticación se debía esencialmente a déficits leves en el número de células de la cresta neural durante el desarrollo embrionario.
La cresta neural es una estructura exclusiva de los vertebrados que se forma en las primeras etapas del desarrollo y sus células migran por el cuerpo dando lugar a estructuras y células determinadas.
Los investigadores Dafni Anastasiadi y Francecs Piferrer, del Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Barcelona, han confirmado esa hipótesis de la cresta neural, pero además han descrito el mecanismo por el que se adquiere el síndrome de la domesticación.
“Darwin había descrito el qué (el síndrome de la domesticación), los investigadores Wilkins, Wrangham y Fitch habían propuesto el por qué (déficits en células de la cresta neural), pero faltaba el cómo. Y esto último es lo que explica nuestro trabajo”, explica Piferrer en un comunicado del CSIC.
Para su estudio, los expertos compararon lubinas salvajes con otras de piscifactoría en etapas iniciales de domesticación para demostrar que el síndrome de la domesticación “se da a través de los cambios epigenéticos en la metilación del ADN de genes relacionados con el desarrollo temprano y, específicamente, de la cresta neural”, señala la nota.
La metilación es un mecanismo de los denominados epigenéticos, de manera que un animal salvaje y otro doméstico pueden tener genes con secuencias genéticas iguales, pero la influencia de las condiciones ambientales puede provocar cambios en la metilación del ADN, lo que a su vez modifica la forma en que se expresan los genes y, en consecuencia, el fenotipo.
Los científicos han observado que los cambios en la metilación del ADN durante el desarrollo embrionario persisten hasta la edad adulta y afectan a genes cuya expresión está alterada y son responsables de fenotipos asociados al síndrome de la domesticación, como deformidades de la mandíbula o el cambio en la pigmentación.
Puesto que la metilación del ADN aumenta las probabilidades de mutación, estos resultados sugieren, explica el comunicado, que “tras varias generaciones estos cambios epigenéticos pueden integrarse en el genoma”.
Además “muchos de los genes que presentan estos cambios coinciden con las mismas variantes en mamíferos y aves domésticos tales como el perro, gato, caballo, conejo, pato, entre otros”, según Piferrer.