El 60% de las especies de primates están en riesgo de extinción
Alrededor del 60% de las especies de primates están actualmente en peligro de extinción y cerca del 75% tienen poblaciones que se hallan en declive debido al comercio y el consumo mundial de productos básicos, que generan pérdida y degradación de los hábitats donde viven estos animales por la agricultura industrial, los pastizales para ganado, la tala, la minería y la extracción de combustibles fósiles.
Así lo afirman investigadores de Estados Unidos, India y México en un estudio publicado en la revista revisada por pares PeerJ – Journal of Life and Environmental Sciences, donde se destaca que los beneficios económicos de las exportaciones de productos básicos para los países donde viven los primates han sido limitados respecto a los costes ambientales extremos de contaminación, la degradación del hábitat, la pérdida de biodiversidad, la continua inseguridad alimentaria y la amenaza de enfermedades emergentes.
Los primates del mundo están distribuidos por el Neotrópico (América Central, el Caribe y América del Sur), África y el sur y sureste de Asia, y representan un componente global importante de la biodiversidad terrestre del planeta. Estos animales aportan una gama de funciones y servicios ecológicos que resultan vitales en los ecosistemas naturales.
Aumento de la deforestación
El consumo mundial de alimentos y recursos naturales, junto con una economía cada vez más globalizada, ha creado un mercado internacional en expansión para los productos agrícolas. Este crecimiento también se refleja en el incremento del área de deforestación impulsada por los productos básicos, como la soja, el aceite de palma, el caucho natural, la carne de vacuno, los combustibles fósiles, los metales, los minerales y las piedras preciosas.
La evidencia disponible indica que entre 2001 y 2015 se perdieron 160 millones de hectáreas de bosque en los trópicos debido a actividades humanas (un 47% en el sudeste asiático, un 26% en el Neotrópico, un 26% en Asia meridional y un 7% en África). El 50% o más de esta pérdida se relacionó con productos básicos para humanos. Es decir, los bosques se convirtieron en campos agrícolas, pastizales de ganado, minas para extraer minerales y metales, lugares donde explorar combustibles fósiles y zonas urbanizadas.
Las exportaciones de productos básicos aumentaron entre 2000 y 2016 en todas las regiones de distribución de primates, lo que llevó a la conversión generalizada de tierras forestales a campos agrícolas y al aumento de la extracción de recursos naturales. En 2016, los países donde viven primates comercializaron productos procedentes de recursos naturales por valor de 1,1 billones de dólares (0,98 billones de euros), con un 41% en el Neotrópico, un 27% en el sudeste asiático, un 21% en África y un 11% en el sur de Asia.
Con el fin de evitar la extinción de los primates del mundo, puesto que se prevé que en 61 países habrá un aumento de especies en peligro de extinción entre 2050 y 2100, los investigadores sugieren medidas como la ‘ecologización’ del comercio, una dieta baja en carne, un menor consumo de semillas oleaginosas, menos uso de madera tropical y la reducción de combustibles fósiles, metales, minerales y piedras preciosas procedentes de los trópicos.
“Las crecientes demandas de los consumidores mundiales de alimentos y productos no alimentarios de las regiones de distribución de primates están colocando a las poblaciones de primates en riesgo de extinción. Estas demandas crecientes han resultado en una expansión global acelerada de la agricultura y de las industrias extractivas, y en el crecimiento de la infraestructura para apoyar estas actividades que conducen a la pérdida y degradación generalizada del hábitat de los primates”, comentan Alejandro Estrada, Paul A. Garber y Abhishek Chaudhary, autores del estudio.
En esta línea, recuerdan que “los primates y sus hábitats son un componente vital del patrimonio natural y la cultura del mundo y, como nuestros parientes biológicos vivos más cercanos, los primates no humanos merecen toda nuestra atención, preocupación y apoyo para su conservación y supervivencia”.