El abril más cálido de la historia augura un mayo y junio con más calor y lluvias anormales en el hemisferio norte
Se trata de una muestra del aumento del calor causado por el cambio climático, lo que influye de sobremanera en fenómenos extremos como los ciclones tropicales, y en la cantidad de lluvias, que será más o menos de lo normal dependiendo del lugar del planeta.
El mes pasado fue el abril más cálido del que se tiene constancia sin tener un episodio de El Niño, y en mayo y junio la tendencia continuará, informó este martes la Organización Meteorológica Mundial.
Temperaturas más cálidas que en promedio en la superficie de los océanos estos próximos dos meses causarán una subida de temperaturas en la tierra por encima de lo normal, particularmente en las latitudes tropicales y una gran parte del hemisferio norte.
Según el boletín sobre El clima estacional mundial, la tendencia al calentamiento global es otro factor que contribuirá al aumento de las temperaturas.
También se esperan temperaturas de la superficie del mar superiores a la media en los trópicos, pero asimismo en regiones extra tropicales. En las zonas central y oriental del Pacífico se prevén condiciones cercanas a lo normal, pero que sin embargo podrían afectar sensiblemente al clima y a la circulación de la atmósfera de la región tropical.
Más lluvias de lo normal
Según el boletín, también habrá más lluvias de lo normal en la parte central del Pacífico tropical, justo al norte del ecuador, así como también en una banda que se extenderá desde el este hasta el oeste del océano Índico, en Australia y en la zona occidental del archipiélago de Indonesia.
Asimismo, se prevé que en una zona comprendida entre la parte occidental del Pacífico tropical y la parte septentrional del Pacífico extra tropical habrá una franja de suroeste a noreste en la que las probabilidades de precipitación serán inferiores a lo normal.
También se esperan menos lluvias que lo normal en la parte meridional de América del Sur, el Caribe, la región ecuatorial de América del Sur y el subcontinente indio.
Fenómenos de El Niño, la Niña, y el dipolo del océano Índico
El de 2020 ha sido, junto con el de 2016, el mes de abril más cálido del que se tiene constancia, pero sin tener un fenómeno de El Niño. Las temperaturas mundiales de enero, febrero y marzo de 2020 también ocupan el primer o segundo lugar entre las más cálidas de las que se tienen datos.
“El Boletín sobre el clima estacional mundial brinda un panorama general de lo que cabe esperar en los próximos meses. Establece un marco para las proyecciones climáticas regionales y nacionales y complementa otros productos, como los pronósticos relativos a la temporada de ciclones tropicales, para que las instancias normativas reciban el mejor asesoramiento posible, basado en conocimientos científicos y en la estrecha colaboración internacional característica de la amplia comunidad de la OrganizacIón Meteorológica Mundial”, explicó su director , Petteri Taalas.
Las proyecciones climáticas se basan en modelos mundiales de predicción procedentes de centros de todo el mundo, y no se limitan a la metodología clásica que se centra en los fenómenos de El Niño y la Niña, caracterizados por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, sino que también tiene en cuenta otros condicionantes climáticos.
Uno de ellos es el dipolo del océano Índico, también conocido como el Niño indio, una oscilación irregular de las temperaturas superficiales donde la parte occidental del Océano Índico se vuelve alternadamente más tibia o más fría, que la parte oriental de este océano.
Tanto El Niño-Oscilación del Sur como el dipolo del océano Índico han estado en fase neutra durante los meses de enero, febrero y marzo de 2020 y se espera que el primero se mantenga en valores cercanos a la media durante mayo y junio.
A pesar de la ausencia del calentamiento extra asociado con estos fenómenos, las temperaturas medias mundiales en la superficie oceánica están cerca de registrar valores sin precedentes, advirtió la Organización.
“Esto demuestra que la influencia de los humanos en las temperaturas es aún mayor que los efectos naturales, como El Niño”, aseguró la portavoz de la OMM, Claire Nullis.
Clima extremo
Según la portavoz, el Niño tiene un gran impacto en el clima de muchas partes del mundo, causa sequía y lluvias extremas, pero que sea neutro este año no significa que no se verán condiciones extremas.
“Muchas de estas son, lo que decimos, variabilidad climática natural, pero la mayor parte del clima extremo ahora hace parte del cambio climático, hay más calor en la atmósfera y más humedad , entonces esto significa que estamos viendo olas de calor, lluvias extremas y no hay nada normal´’ ya”, dijo Nullis
La experta aseguró que se puede anticipar clima extremo para el hemisferio norte donde comienza el verano, así como en Asia donde comienza la pretemporada del monzón.
“Esto es algo para lo que deberíamos estar preparados. También tenemos la temporada de huracanes que comienza en el Atlántico. En el pacífico con el ciclón Harold de categoría 5 que golpeó a Vanuatu, nos dimos cuenta de que fue muy difícil manejarlo en medio de la pandemia. Los Gobiernos deben estar más pendientes de las alertas tempranas, y lamentablemente no están haciendo lo suficiente”, añadió.
“Incluso aquellos meses en los que se dan unas condiciones neutras con respecto al fenómeno de El Niño son más cálidos que en el pasado, puesto que tanto las temperaturas del aire y de la superficie del mar como el contenido calorífico de los océanos han aumentado a raíz del cambio climático, y ello influye sobremanera en los fenómenos extremos —como los ciclones tropicales— y en la distribución de la precipitación”, explicó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial.
Las proyecciones de las anomalías climáticas regionales previstas que se facilitan en el Boletín sobre el clima estacional mundial se basan en predicciones efectuadas a partir de modelos climáticos de los 13 Centros Mundiales de Producción de Predicciones a Largo Plazo de la OMM compiladas por un centro principal albergado por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos de América y la Administración Meteorológica de Corea (KMA). Actualmente se encuentran en fase preoperativa.