El cambio climático impide bajar de peso
La ciencia demuestra cada vez más seguido que las consecuencias del cambio climático están en todos lados: aumento de temperatura, elevado índice de contaminación en relación a catástrofes naturales fatales, la expansión de enfermedades infecciosas y hasta la escasez de alimentos. Pero ahora, se ha descubierto algo más: este fenómeno tendrá incidencia en la obesidad.
Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Leiden, de los Países Bajos, hay una estrecha relación entre ambos factores.
La explicación de los científicos es que cada grado centígrado que sube la temperatura ambiental implica un aumento del 0,29‰ en la incidencia de la obesidad y del 0,3‰ en la diabetes. Aunque la correlación es baja, esto podría abrir un nuevo espacio de investigación para detener el sobrepeso.
La grasa marrón o parda -también conocida como “buena”- es aquella que protege al cuerpo contra el aumento de peso. Según los expertos, ese tipo de grasa –al contrario de la que se acumula a lo largo del día– ayuda a quemar el exceso de calorías al generar calor.
Esta se ubica bajo las clavículas y entre las vértebras de la columna, y es la responsable de producir hasta el 20% del calor corporal. Cuando la grasa parda se activa por descenso de temperatura, comienza a quemar, lo que puede servir como una ayuda para bajar de peso.
De esta manera, los especialistas explicaron que el aumento desmesurado de la temperatura generado por los factores del cambio climático provoca que el organismo no queme esas células adiposas perdiendo su función.
Adoptando ciertos hábitos, es posible eliminarla. Los especialistas recomiendan por ejemplo, mantener los ambientes a menos de 17 °C, ducharse con agua fría o dormir desnudo, y realizar actividad física, ya que al realizar deporte se aumentan los niveles de irisina, una hormona que facilita la conversión de grasa blanca a grasa marrón.
La obesidad es una pandemia y Argentina no está exenta. Según el informe del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe, cerca del 58% de los habitantes de la región vive con sobrepeso, es decir, 360 millones de personas. Si las temperaturas siguen aumentando, es muy probable que esta enfermedad también lo haga.