El inesperado efecto del calentamiento global sobre las tormentas tropicales
El cambio climático podría tener un impacto inesperado en la meteorología mundial. Una investigación reciente descubrió que el aumento de las temperaturas en el planeta podría suavizar la llamada Oscilación Madden-Julian (OMJ), que modula los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo: desde huracanes hasta inundaciones y sequías.
La OMJ, compuesta por ocho fases que representan la posición del máximo de tormentas, se refiere a un fenómeno atmosférico puramente tropical de gran intensidad, ya que puede cubrir la mitad del globo con sus efectos y generar cambios en los patrones en lugares distantes. Una nueva investigación predice que el calentamiento global en curso podría suavizar estas variaciones climáticas.
Eric Maloney, profesor del Departamento de Ciencia Atmosférica de la Universidad de Colorado State, atribuye los cambios futuros en el comportamiento de la OMJ al calentamiento global antropogénico y publicó un nuevo estudio en la revista Nature Climate Change. En él se utilizaron datos de seis modelos climáticos existentes para sintetizar las vistas actuales de dichos cambios proyectados para los años 2080 a 2100.
“La precipitación a la que se refieren es causada localmente por la ‘rama convectiva’ de la oscilación. Esto es, la región en los trópicos donde se producen los ascensos de aire, la condensación del vapor de agua y formación de las tormentas. Los autores analizan cómo los cambios en diferentes variables, como el gradiente vertical de humedad, la temperatura de superficie del mar y la temperatura en la tropósfera alta se combinan para modificar la OMJ. Además, sugieren que futuros estudios continúen analizando la incertidumbre en las predicciones de los modelos climáticos para tener más certeza y lograr más acuerdo en los cambios proyectados”, detalla Mariano S. Alvarez, doctor en Ciencias de la Atmósfera e investigador del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera.
Su análisis revela que, si bien las variaciones de precipitación de la OMJ probablemente aumenten en intensidad en un clima más cálido, es probable que las variaciones del viento aumenten a un ritmo más lento, o incluso disminuyan. Esto contrasta con la sabiduría convencional de un clima cálido que produce una OMJ más intensa y, por lo tanto, un aumento generalizado en el clima extremo.
“Los cambios que muestran los modelos en la variación vertical de la humedad favorecerían el desarrollo de tormentas más intensas en esa región de la rama convectiva de la oscilación. Sin embargo, el aumento en la temperatura de la tropósfera alta y los cambios en la estabilidad estática que eso conlleva, generarían una disminución en la intensidad de los vientos. Eso es muy importante para regiones como Argentina, porque a nosotros nos impacta la energía que se libera por la OMJ y se propaga en la atmósfera a lo largo del Océano Pacífico hasta llegar a nuestro país. Si la mayor estabilidad hace que los vientos sean más débiles, entonces la intensidad de las perturbaciones (altas y bajas presiones) en niveles altos de la atmósfera van a ser menos intensas y luego se va a estar propagando menos energía. Entonces, la teleconexión será menos intensa y los impactos de la OMJ que lleguen a nuestras latitudes serán menores”, detalla Alvarez.
De acuerdo con el trabajo de Maloney, el impacto de la OMJ en áreas remotas puede disminuir gradualmente. La degradación en la señal de viento de la oscilación puede disminuir la capacidad de los meteorólogos para predecir eventos climáticos extremos. En particular, se espera que con el calentamiento preferencial de la tropósfera superior, en un futuro, un clima más cálido reduzca la fuerza de la circulación de la OMJ.