El Programa que monitorea la salud de las ballenas francas australes reporta los resultados de la temporada 2021
El Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral ( PMSBFA) estudia cada ballena que muere en Península Valdés y alrededores mediante la realización de necropsias y la colecta de muestras biomédicas. Su objetivo es aprender sobre la salud de la especie, conocer las causas de mortalidad e identificar potenciales amenazas, tanto naturales como de origen humano.
El Programa es llevado adelante por la Universidad de California, Davis y el Instituto de Conservación de Ballenas, y cuenta con la colaboración de Ocean Alliance, la Universidad de Utah, Wildlife Conservation Society y Fundación Patagonia Natural.
Hallazgos de la Temporada 2021
Como resultado de los relevamientos realizados y reportes recibidos, se registraron un total de 45 ballenas francas australes muertas en 2021. De éstas, 25 fueron crías nacidas en la temporada, 7 juveniles y 13 adultos.
El dato de mayor relevancia ha sido el número de adultos muertos, que fue el más alto en una temporada desde que se inició el monitoreo en 2003. Este hecho excepcional fue informado en tiempo y forma a las autoridades de la provincia de Chubut y la Red Federal de Asistencia a Varamientos de Fauna Marina.
Es importante destacar que investigadores del Laboratorio de Mamíferos Marinos del CESIMAR, CCT-CENPAT de Puerto Madryn, estimaron que durante la temporada 2021, 1639 ballenas adultas visitaron Península Valdés y nacieron 579 crías, con una tasa de mortalidad de crías estimada en 4,32 % en 2021 (datos aportados por los Drs. Enrique Crespo y Mariano Coscarella).
“El alto número de ballenas adultas muertas (13 ejemplares, 12 de ellas hembras) en la temporada 2021 es excepcional. La pérdida de ballenas hembras adultas es motivo de preocupación, no sólo por ser poco habitual y atípica, sino por los años de crecimiento y desarrollo que implica para esta especie llegar a ser adultas reproductoras. Además, la muerte de ballenas con cría en lactancia muy probablemente cause la muerte de la cría huérfana.”
En el informe de la temporada, los investigadores resaltan que los eventos con un número inusualmente alto de ballenas adultas muertas en un corto periodo de tiempo y en una misma área, pueden ser indicadores de variables ambientales locales que contribuyen a la muerte de las ballenas.
La Méd. veterinaria Agustina Donini, a cargo de los estudios post-mortem en el campo, destaca:
“Las ballenas adultas muertas en 2021 no presentaban evidencia de lesiones traumáticas ni enmallamientos y se encontraban, durante su inspección, en aparente buen estado nutricional».
El Programa continúa con la investigación para identificar las posibles causas asociadas a estos decesos.
¿Por qué es importante sostener el monitoreo en el largo plazo?
Desde 2003, el Programa lleva registradas 855 ballenas muertas en Península Valdés. En la actualidad, contamos con una base de datos y de muestras recolectadas de gran relevancia para el estudio de esta especie.
Entre 2020 y 2021 se publicaron cinco artículos científicos a partir de muestras y datos colectados por el Programa. Además se aportó información relevante para el Plan de Manejo y Conservación de la ballena franca del Atlántico Sudoccidental (CBI).
El Dr. Mariano Sironi, codirector del Programa afirma:
“Gracias al trabajo sostenido de muchos voluntarios y colaboradores a lo largo de casi dos décadas, hemos aportado datos y hallazgos relevantes, como la ingesta de plásticos o el impacto de los ataques de gaviotas en la salud de las ballenas”.
La continuidad del PMSBFA ha permitido monitorear la salud de las ballenas a lo largo de los años y detectar importantes variaciones en el número de ballenas muertas entre temporadas. En particular, hemos alertado sobre mortandades de crías y de adultas excepcionalmente elevadas en algunos períodos, llevando esta información a organismos internacionales como la Comisión Ballenera Internacional (CBI).