Gorila

Sus gritos de desafío y sus golpes en el pecho no son más que una forma de liberar su tensión nerviosa. Realmente no es muy agresivo, y se alimenta de diversas clases de hojas y plantas.

Viven en grupos bajo la autoridad de un macho. Habitante de las más espesas selvas, el gorila fue durante mucho tiempo un animal poco conocido incluso para los investigadores, lo que dio lugar a multitud de leyendas y supersticiones acerca de su pretendida agresividad. Nada más lejos de la realidad. El gorila hoy pasa por ser uno de los animales más pacíficos e interesantes que podamos encontrar en el continente africano.
Con una organización social muy elaborada sobrevive en las selvas tropicales de Africa central y occidental donde es muy difícil de ver dado lo espeso y apartado de su hábitat.

Con un peso de entre ciento cincuenta y doscientos kilos en los machos es un animal impresionante que recurre, cuando se ve sorprendido, a una sucesión de gestos y actitudes intimidatorias que rara vez pasan a mayores, aunque hay que reconocer que hay que tener mucha sangre fría para aguantar hasta poder comprobar este último extremo. Los grupos, compuestos por un número variable de individuos merodean por la selva al mando de un macho adulto mientras comen o juegan y llegada la noche construyen unos encames, más o menos elaborados, donde descansarán hasta el día siguiente.

Al igual que otros muchos primates las hembras se muestran muy promiscuas durante todo el año y no mantienen ningún vínculo estable con los machos. Su cronología reproductora es muy similar a la humana, y después de ocho meses y medio de gestación alumbran a una sola cría que, después de un periodo de aprendizaje, gozará ya de una relativa independencia en el seno del clan.

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