Japón da vía libre a la creación de animales con células humanas

La ciencia de vez en cuando pone a prueba los límites de la ética y nos propone soluciones un tanto controvertidas que con seguridad desatarán la polémica allá donde vayan. Este es el caso del proyecto de investigación que ha emprendido un científico japonés.
Hiromitsu Nakauchi, investigador de la Universidad de Tokio y Stanford en California, ha sido el primero en conseguir el permiso del Gobierno de Japón para cultivar células humanas dentro de embriones de ratón y rata.
El objetivo de estos híbridos entre humano y animal es la creación de órganos que se puedan trasplantar más adelante en personas, aunque evidentemente la idea ha despertado las alarmas por su posible uso para crear humanos o animales modificados genéticamente.
Hasta ahora, Japón prohibía explícitamente, como explican en la revista Nature, que los embriones de animales que contienen células humanas crezcan más allá de 14 días. Pero en marzo el Ministerio de Educación y Ciencia de Japón emitió nuevas pautas por las cuales se pueden crear estos embriones y trasplantarlos en otros animales para que terminen sus gestación.
Este tipo de experimentos ya se han intentado en otros países como Estados Unidos pero no llegaron a buen término, por lo que ahora se propone a intentarlo este científico japones que promete no llevar a término ninguno de los embriones por el momento.
Experimentará con ratones hasta los 14,5 días para ver cómo se van formando los órganos de los embriones y después probará con ratas hasta los 15,6 días. Más adelante solicitará al Gobierno japones un nuevo permiso para dar el salto a los embriones de cerdo hasta los 70 días de formación.
Por supuesto, Nakauchi no sólo se enfrenta a las complicaciones de presupuesto y permisos legales, sino también a las preocupaciones éticas que despiertan este tipo de prácticas.
En declaraciones a la revista Nature, ha asegurado que esas preocupaciones se han tenido en cuenta a la hora de diseñar el experimento y que las células humanas sólo van dirigidas al páncreas del animal.
La estrategia busca crear un embrión animal que carece del gen necesario para la producción de un órgano como el páncreas, y luego inyectar células madre pluripotentes inducidas por humanos (iPS) en el embrión animal.
Estas células iPS se han programado a un estado de tipo embrionario y pueden dar lugar a casi todos los tipos de células. A medida que el animal se desarrolla, utiliza las células iPS humanas para fabricar el órgano, que por sí sólo no podría.

Fuente: Marta Sanz Romero - https://computerhoy.com

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