La quema de basura agrava la contaminación del aire en Mendoza

Columnas de humo gris y espeso invaden ambas manos del Acceso Este, a 100 metros del río Mendoza, en San Martín. En el costado sur de la ruta se ubica un basural a cielo abierto que ha proliferado desde el año pasado y que constantemente es invadido por las llamas. A simple vista, estas emisiones solamente afectan la visibilidad de los vehículos que por allí circulan, pero además deterioran la calidad del aire de la zona al contener material particulado, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles.
Justamente la quema de residuos es considerada por los expertos del Grupo de Estudios de la Atmósfera y el Ambiente (GEAA), dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional Mendoza, como un aspecto más a tener en cuenta para analizar la contaminación atmosférica local, cuando antes se centraban únicamente en las fuentes móviles y fijas, es decir, en las industrias y en los automóviles.
“La quema de basura es otra fuente de contaminación que hemos notado y que impacta bastante. Anteriormente la habíamos subestimado, pero se está haciendo cada vez más crítica”, comenzó a explicar Enrique Puliafito, director del grupo de investigación de la UTN. El profesional detalló que en esos casos se emite sobre todo material particulado, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles. “Estos últimos son muy tóxicos y pueden ser cancerígenos si las cantidades son más altas”, precisó.
A nivel sanitario, las consecuencias negativas de estas emisiones afectan principalmente a las personas que se encuentran más cercanas. “Hay familias que viven de la recolección del material reciclable que son los más perjudicados”, destacó Puliafito, y detalló que dentro de este grupo los que se llevan la peor parte son los niños, las personas que están enfermas -con algún tipo de patología cardíaca o respiratoria- y los ancianos.
Lo que más les preocupa a los expertos de la UTN es la proliferación de estos espacios clandestinos y lo poco que se considera el tema. “Hay cada vez más basurales dispersos en baldíos o terrenos que eran fincas y hay como una especie de dejadez por parte de toda la sociedad a la hora de abordarlo”, consideró Puliafito.

Fuente: Carla Romanello / Los Andes

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