Las microfibras: un fuerte problema para el medio ambiente

Nuestra ropa, en cuanto la lavamos, suelta microfibras minúsculas, hechas de plástico, que viajan a través del agua sucia al drenaje y, finalmente, a los océanos.
Los textiles sintéticos son los culpables. Cuando compramos ropa, la mayoría de nosotros nos dejamos guiar por la moda o el precio, no tanto por el tipo de tela. Si buscamos ropa hecha de fibras naturales como el algodón o la lana, notaremos que es cada vez más difícil encontrarla. Es más, incluso la ropa de algodón ahora también contiene fibra sintética porque le da más elasticidad o le ofrece una opción de prenda que ya no se necesita planchar. Cualquiera que sea la razón, la Plastic Soup Foundation (plasticsoupfoundation.org) ubicada en Holanda, confirma que estas fibras se encuentran no sólo en el agua sino también en la comida que ingerimos y en el aire que respiramos. Todo esto como resultado del aumento en la producción de textiles sintéticos en un 79% entre los años de 1992 y 2010.
Según el sitio www.sinacqua.com.mx, “la microfibra es un desarrollo de alta tecnología, la cual está compuesta de dos fibras ultrafinas: el poliéster y la poliamida. Estas fibras se separan logrando millones de cavidades microscópicas, 50 veces más pequeñas que un cabello humano, lo que hace que arranquen y atrapen la suciedad y absorban líquidos de forma más efectiva que la tela de algodón, mediante su efecto capilar”. ¿Quién de nosotros no posee un trapo de microfibras en casa? También se utilizan para limpiar los lentes y funcionan de maravilla.
Son buenos porque absorben muy bien los líquidos, limpian las superficies de manera excelente, son eficaces sin tanto agente limpiador y tienen una gran resistencia a los lavados frecuentes.
Poniendo a un lado su utilidad, hay que entender urgentemente su capacidad de contaminar. Se ha lanzado una petición global, dirigida a las principales marcas de ropa, exigiendo que estas empresas prometan recursos para desarrollar soluciones y que hagan públicas esas promesas. El problema es que dichas telas sintéticas se encuentran en 60% de la ropa en todo el mundo. Para entender la gravedad del problema: cuando se lava una prenda las microfibras de plástico se rompen y un solo suéter puede producir hasta 250,000 fibras en el agua de la lavadora…
Estas mini fibras miden menos de un milímetro. Por eso es tan fácil que viajen por las tuberías de las casas, lleguen al drenaje y luego se vayan quién sabe dónde, pero muchas terminan en el mar. Contaminan los mantos freáticos y nos llegan de regreso a través del agua potable. Si comemos pescado es más que probable que consumamos sin querer esas mismas microfibras que empezaron su viaje en nuestras casa. La cadena alimenticia está altamente contaminada, en todos los sentidos, y estas microfibras son el colmo de todos los ingredientes tóxicos.
Toda nuestra ropa de deporte, camisas de vestir, telas favoritas y ropa interior están contaminando a más no poder. La única solución sería fabricar telas con nuevas formulaciones de tejidos que no contaminen el medio ambiente ni tampoco a nosotros. Busca artículos de algodón y participa en los esfuerzos por obligar a la industria textil a encontrar nuevas opciones.

Fuente: Rosalind Pearson - www.launion.com.mx

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