¿Los perros entienden el lenguaje humano?

Para ello, se trabajó con perros especialmente entrenados, a fin de que permanecieran tranquilos mientras se tomaban imágenes cerebrales a partir de una resonancia magnética funcional.
Adicionalmente, los 12 perros que participaron en el estudio recibieron un entrenamiento durante meses para que aprendieran a recuperar dos objetos distintos sobre la base de su nombre. Estos objetos eran uno de textura suave, como un animal de peluche, y otro de textura distinta, como un objeto de caucho.
La idea era que los perros aprendieran a discriminar, sin errores, entre estos objetos. De esta manera, durante el experimento, cada perro fue colocado en la máquina de resonancia magnética, mientras que el dueño, parado enfrente, nombraba los objetos correspondientes. Adicionalmente, se le solicitó a los dueños que dijeran palabras sin sentido.
Al hacerlo, se encontraron resultados contrarios a los que pudiesen encontrarse en seres humanos; en particular, en los perros se observó mayor activación cerebral con las palabras sin sentido que cuando escucharon las palabras conocidas. Adicionalmente, los investigadores observaron que, mientras que en la mitad de los perros la mayor activación se registró en la corteza parietotemporal, en la otra mitad, se observó una mayor activación en la corteza temporal izquierda, la amígdala, el núcleo caudado y el tálamo.
Dados los resultados, los investigadores infieren que esta mayor activación cerebral se debe al deseo de los perros de complacer a sus dueños; así, esto demuestra que tratan de entender lo que sus dueños dicen, ya que esto está asociado a elogios y recompensas.
Por su parte, las estructuras que mayor actividad mostraron fueron las relacionadas al procesamiento de las diferencias léxicas, así como también de la memoria y de las emociones. En cuanto a las diferencias encontradas, los investigadores explican que esto puede deberse a las distintas razas de perro con las que se trabajaron, además de variaciones en sus capacidades cognitivas.
Por tanto, todo parece indicar que los perros desarrollan representaciones mentales, al menos rudimentarias, del significado a las palabras que aprenden, más allá de aprender simples asociaciones de bajo nivel.

Fuente: Maria Hernández Méndez - www.tekcrispy.com

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