Madrid reclama reglamentación para los centros que ofrecen terapias con animales
Los centros que se dedican al tratamiento terapéutico con animales no tienen una legislación que regule su actividad.
La coordinadora de la Cátedra Institucional de Investigación Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos, Nuria Máximo Bocanegra, ha explicado que actualmente no hay un registro de los centros ecuestres que se dedican a ofrecer terapias con caballos, pero tampoco los que trabajan con perros.
El problema es que los caballos que se destinan a estas actividades deben tener unas características específicas, ha sostenido Nuria Máximo en entrevista con Efeverde, y ha añadido que importan tanto la salud del paciente como la del animal.
Según la profesora de la Universidad madrileña, actualmente solo existe el Real Decreto 804/2011, de 10 de junio, por el que se regula la ordenación zootécnica, sanitaria y de bienestar animal de las explotaciones equinas y se establece el plan sanitario equino.
En el Anexo I, punto dos, habla de la clasificación de explotaciones equinas y las actividades de ocio en los centros ecuestres, en las que se está englobando las terapias de salud, pero “no es el caso”.
Ha señalado que en el año 2015 el profesor de Psicología de la Universidad de Jaén, Rafael Martos Montes, realizó una encuesta sobre centros de terapia con animales a la que contestaron 57 establecimientos, una cuarta parte de los cuales aseguró trabajar con equinos.
Es el único registro existente, según la experta, pero “no son datos del todo fiables”, y en algunos centros “hemos detectado malas praxis”.
Muchas de las actividades están destinadas a tratar problemas de conducta, de depresión, de ansiedad, de autismo, de distrofia muscular, de maltrato contra la mujer, entre otras muchas dolencias, pero no se hace con expertos profesionales.
El problema no solo se presenta para las personas sino también para los caballos en los centros equinos, a los que se les exige que se comporten de una forma diferente a lo que son, según Máximo Bocanegra.
“El caballo es un animal que vive en manadas, en libertad y al aire libre, que necesita percibir la naturaleza, y en muchos de estos centros los tienen siempre estabulados y estresados”.
Los animales que se encuentran en esa situación pueden demostrar problemas en su salud y conductas de huida, lo que pondría en peligro la salud de personas, por ejemplo, con distrofia muscular, según la experta.
La catedrática ha explicado que es fundamental contar para el desarrollo de estas actividades terapéuticas con profesionales como sicólogos, educadores, psicoterapeutas ocupacionales, entre otros, que en la mayoría de centros no se cumple.
Porque es muy importante, además del comportamiento, el lenguaje y el discurso que se utiliza para las terapias.
En el caso de mujeres maltratadas, por ejemplo, se realizan actividades en tierra, con un experto que realice trabajo en grupo, con un diseño de la actividad, con conocimientos cognitivos, emocionales, físicos o globales.
El lenguaje en los animales y la convivencia con ellos
La importancia del lenguaje en los animales es igual que con las personas, es importante cómo hablas de las terapias, hay mucha controversia sobre palabras como utilizar o emplear, porque el animal se está utilizando como una herramienta más; muy diferentes a participar e involucrar con las que el animal tiene una participación activa, la terapia es diferente.
Actualmente se habla de terapias en dos direcciones, el paciente se beneficia, pero también el animal aprende algo, es un estímulo más en su vida, por lo que el “beneficio es circular” en su vida.
La salud humana y la animal no son compartimentos estancos, así como tampoco su bienestar, hay una relación circular, si nosotros mejoramos la salud de los animales, mejoramos nuestra salud, es lo que se conoce como “One Health”.