¿Nacerán menos niños por el cambio climático?

A estas alturas ya nos sabemos de carrerilla los previsibles efectos que el cambio climático provocará en nuestro entorno y que afectarán gravemente a nuestra forma de vida: fenómenos meteorológicos extremos, lluvias erráticas, derretimiento de los polos y los glaciares, desertización, aumento del nivel del mar… Sin embargo, hay expertos que piensan que aún no está todo dicho, y que las consecuencias de este desequilibrio del clima favorecido por la actividad humana podrían afectar a otros niveles insospechados. En concreto, un equipo de investigadores estadounidenses sugiere que el aumento de las temperaturas provocará un bajón en la fertilidad humana: nacerán menos niños.
Los economistas Alan Barreca (Universidad Tulane), Olivier Deschenes (Universidad de California en Santa Bárbara) y Melanie Guldi (Universidad de Florida Central) han profundizado en el estudio del impacto del clima sobre la demografía, la economía y la salud, algo relevante para explicar las diferencias entre diversos países del mundo, pero que se convierte en un problema global debido al cambio climático.
Los tres investigadores se preguntaron hasta qué punto los datos ya disponibles sobre clima y fertilidad podrían predecir un posible efecto del calentamiento sobre la natalidad futura.
Para ello analizaron, estado a estado de EE.UU, si existía una relación entre las fluctuaciones meteorológicas y los nacimientos de niños en el período histórico entre 1931 y 2010. Los resultados son sorprendentes: los meses de agosto especialmente calurosos provocan un descenso en la tasa de nacimientos. En los casos en que el registro meteorológico arroja días de temperatura media superior a 27º C, lo que implica máximas superiores a los 32º C, las estadísticas de natalidad dan un promedio de reducción de los nacimientos de un 0,4% entre ocho y diez meses después, con un efecto máximo a los nueve meses.
Este porcentaje corresponde a unos 1.165 nacimientos menos. La cifra puede no parecer abultada, pero lo cierto es que la natalidad apenas llega a variar un 0,05% a lo largo del tiempo, por lo que la alteración observada es más de ocho veces mayor de lo normal.
El estudio, publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica de EE.UU, revela otros datos interesantes. En los meses posteriores a estos descensos de la natalidad hay un cierto rebote de los nacimientos, pero que solo llega a compensar la tercera parte de la reducción. Por otra parte, el efecto del calor es menos intenso en los territorios habitualmente más cálidos. Y por último, los investigadores cruzaron los datos con las estadísticas de implantación de sistemas de aire acondicionado en zonas residenciales a partir de los años 70, mostrando que la climatización de las viviendas ha ayudado en parte a mitigar la pérdida de natalidad en las últimas décadas.

Fuente: JAVIER YANES (EL HUFFINGTON POST)

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