Perros ayudando a niños autistas

Esto afirman desde la Fundación Bocalán, una de las instituciones de mayor difusión internacional dedicada a adiestrar y entregar canes de asistencia a personas discapacitadas, para que tengan una mayor independencia y calidad de vida.
La agrupación junto con la División de Salud Animal de Bayer HealthCare, entregaron a Quisquilla y Muffin, dos perros de asistencia a Alejandro y Gael, dos menores con dicho trastorno neurológico.
Se busca que incidan en aspectos como el vínculo, la seguridad, la confianza, el manejo del tiempo, la integración sensorial, la mejora de los patrones de sueño, la reducción de estereotipias (repetición constante y automática de movimientos o palabras) y de la ansiedad, el autocontrol, la comunicación y la integración social.
Los perros prestan una inestimable ayuda a los niños autistas al favorecer su integración social. Así lo constata una investigación de la Universidad de Vancouver, en Canadá.
Este proyecto nació en Canadá, hace 10 años, a través de National Service Dogs, organización que desarrolla un programa de perros de asistencia para ayudar a que los niños con autismo puedan integrarse mejor en sociedad, controlar mejor sus impulsos, reducir comportamientos como los de fuga y mejorar la calidad de vida de sus familias.
Sus notables resultados llevaron a la Universidad de Vancouver a efectuar una investigación, que permitió descubrir una mejora de la comunicación y reacción ante el mundo que les rodea y los procesos de aprendizaje.
Según Bocalán, el tipo de comunicación y actitudes del animal resultan más fácilmente reconocibles por un niño con autismo, posiblemente por utilizar la vía de sobre todo visual, y emitir señales de una forma simple y a la altura del mismo.
Por otra parte, aseguran sus expertos, los niños necesitan objetos transicionales como muñecos o trozos de tela, que les den seguridad en las primeras etapas de su vida. Los niños con autismo tienden a usarlos durante un largo tiempo y el perro puede convertirse en un objeto transicional vivo que le permita estar más seguro en situaciones de ansiedad y desorganización.
Además, el proceso de integración sensorial que proporcionan terapeutas especializados a través del perro logran que el niño se vaya organizando y aparezcan respuestas de adaptación al entorno, según la fundación catalana.
Los perros de ayuda social se entrenan durante ocho o diez meses y son sometidos a un periodo de acoplamiento, según la problemática de su futuro dueño, completando su formación en aproximadamente un año. Las razas más habituales son el labrador retriever y el golden retriever por su carácter afable, dócil y apacible.

Fuente: Omar Segura / EFE 20

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