Preocupación en Pilar por una ordenanza que permite la matanza de perros y gatos
Proteccionistas denuncian irregularidades en el zoonosis y temen por la vida de los animales.
Proteccionistas autoconvocados de Pilar protestaron junto a vecinos el viernes frente al Municipio, a cargo del intendente de Cambiemos Nicolás Ducoté, por la vigencia de una insólita ordenanza que permite la matanza de perros y otros animales en dependencias públicas.
Se trata del artículo 42 que promueve “el sacrificio de caninos y otros animales afectados de rabia o de cualquiera otra enfermedad, previo dictamen del organismo profesional municipal”.
La ordenanza es incorrecta -y poco ética- no sólo en términos de respeto a los los animales no humanos -considerados sujetos de derechos- sino también jurídicos.
Es que el texto contradice la propia Ley provincial 13.879 de Buenos Aires que prohíbe “la práctica de sacrificios de perros y gatos en todas las dependencias oficiales de todo el ámbito de la Provincia de Buenos Aires”. Además, ignora la Guía para la Prevención, vigilancia y control de la rabia en Argentina, emitida por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.
Reclamos sin respuestas
A raíz de todo esto, proteccionistas independientes presentaron un reclamo ante el Municipio para pedir la modificación del artículo y alertar sobre otra problemática: aseguran que tienen pruebas de diversas irregularidades en el zoonosis.
El centro está dirigido por Marcelo Bradley, y no es la primera vez que se lo acusa de no cumplir con sus funciones: en 2017 fue denunciado por la Asociación por la Defensa de los Animales en Pilar.
La respuesta de Ducoté fue a medias. El intendente se reunió dos veces con ellas, prometió realizar una auditoría al zoonosis y crear una comisión paralela para trabajar con las urgencias, pero terminó cancelando un tercer encuentro y todo quedó en la nada.
“Venimos trabajando hace tres meses con este tema porque él nis pidió que vayamos con propuestas. En zoonosis se hacen nada más que 32 castraciones cuando se tienen que hacer 130 por mes y a los animales muertos de la calle no se los levanta, entre otras cosas. Con esta ordenanza hay miedo, porque pueden agarrar a cualquier animal de la calle y matarlo”, denuncia en diálogo con minutouno.com la proteccionista Estela Ferreiro, firmante del reclamo.
Su compañera Andrea Silvia Gómez, vecina de Pilar y vocera de las marchas para impedir que se implemente el chip obligatorio en animales (que finalmente se logró), cuenta que ya es la séptima marcha que realizan.
“Ducoté no nos dio respuestas fehacientes sobre la matanza de animales ni sobre su compromiso de auditar zoonosis. Esto no es un tema ético, es algo objetivo corroborado por profesionales, abogados y veterinarios. No queremos que maten a los callejeros de Pilar avalados por este artículo. Hay irregularidades graves, y además, tampoco se realizó el hospital veterinario que también se prometió”, denuncia.
Un “disparate”
La abogada Graciela Fayt, especialista en Derecho Animal, ratificó estos argumentos: “Esa norma contravencional es un disparate. Hay una Ley Nacional de control de profilaxis de rabia, entonces ¿qué tiene que venir a decir una ordenanza sobre la rabia?”, criticó en diálogo con minutouno.com.
Luego agregó: “además, se contrapone a la ley provincial, ya que la provincia no es eutanásica y prohíbe matar animales en dependencias públicas”.
Cómo se trata a un animal con síntomas de rabia
Lejos de promover el asesinato, en la Guía para la Prevención, vigilancia y control de la rabia se recomienda que a todo animal sospechoso de padecer esta enfermedad se lo aísle y se lo tenga en observación por un periodo de 10 días.
Si tiene rabia, la muerte se produce en general entre 2 a 5 días, y de ésta forma se tiene la seguridad que no se está frente a un animal con otra patología que no requiere eutanasia.
La norma es falaz también en términos científicos ya que los síntomas de la rabia pueden confundirse con otras enfermedades, como el moquillo, la toxoplasmosis, la meningitis, el botulismo, o el tétanos. Para comprobar esta enfermedad, se debe hacer un análisis luego de la muerte.