Segregar endorfinas a través de las caricias, claves de la terapia animal
Tanto este tipo de personas como los perros adiestrados experimentan “sensaciones positivas” cuando mantienen un contacto habitual, según la directora de la Asociación Yaracán -dedicada a las terapias con perros-, Begoña Morenza, durante el foro organizado por Servimedia, “Los beneficios de las terapias asistidas con animales”.
Las caricias reducen la presión arterial y el ritmo cardíaco, y estimulan la segregación de endorfinas, lo que a su vez ayuda a que las personas quieran relacionarse con estos animales domésticos ya que ello supone “eliminar barreras”.
A diferencia de otros animales, los perros no solo abren “puertas emocionales” sino que entran y salen de la zona de confort de los pacientes, sin que les provoque incomodidad.
La capacidad de gestionar situaciones de estrés de los perros y los caballos, les distingue de otro tipo de animales domésticos como los gatos o chinchillas.
Estos últimos no pueden trabajar con grupos grandes, de hasta trescientas personas, porque pueden daños con sus “arañazos” y en el caso de roedores, pueden escaparse.
Aumento de la autoestima y motivación
Por su parte, Helena Díaz, psiquiatra del Hospital de Torrejón (Madrid), donde estudian la relación de los perros con pacientes, ha señalado que este tipo de terapia revela el aumento de la autoestima y la motivación, y se satisfacen necesidades afectivas que demandan personas con esquizofrenia, autismo o psicosis.
Respecto a las personas con algún tipo de discapacidad física, estos animales pueden ayudar a subir una rampa, recoger algún objeto al caer e incluso abrir una puerta, ha explicado a Efe José Manuel Jerónimo, uno de los beneficiarios de los servicios de la Fundación del Lesionado Medular.
Perros “profesionales”
Para personas que tienen problemas psíquicos, psicológicos o físicos, aconseja convivir con estos animales puesto que, en su opinión, las ventajas superan los inconvenientes: los “perros profesionales” ofrecen cariño y ayuda, y satisfacen necesidades emocionales.
Los participantes del debate han coincidido en que este tipo de terapias no son sustitutivas de los métodos médicos tradicionales sino complementarios y que los animales adiestrados suelen disfrutar con este tipo de tratamientos al sentirse útiles.