¿Cómo se secó el Poopó, el segundo lago más grande de Bolivia?

Pero ahora ha quedado reducido a tres humedales –”charcos” dirían algunos– de menos de un kilómetro cuadrados y escasos 30 centímetros de profundidad.
Implica la destrucción de todo un ecosistema, la pérdida de centenares de especies de fauna y flora, la desaparición de culturas por el éxodo de las comunidades que subsistían del lago y la falta de acciones efectivas para enfrentar la sequía.
Según expertos en conservación, unas 200 especies de aves, peces, mamíferos, reptiles, además de gran variedad de plantas, desaparecieron con la sequía del Poopó.
El ornitólogo Carlos Capriles le dijo al diario boliviano La Razón que entre las aves que se vieron forzadas a abandonar el lugar había tres especies de flamencos en peligro de extinción.
El experto explicó que el lago era un punto de descanso de aves migratorias que se trasladaban de norte a sur. “Hablamos de que unas 200 especies perecieron o se fueron a otras áreas”.
Otros activistas ambientales añaden que numerosos mamíferos, reptiles y anfibios quedaron sin hábitat y alimento con la transformación del lago en prácticamente un desierto.
Pero la peor parte se la llevaron los peces, señaló Carlo Capriles, pues no pudieron migrar como los otros animales y “murieron en el lugar”.
Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua confirmó la pérdida de una gran cantidad de especies únicas aunque no conocen la cantidad exacta y están pensando en realizar un conteo.
El desastre también tiene un costo humano. Unas 350 familias, en su mayoría pesqueros del lago, se han visto afectadas.
Con su forzado desplazamiento también se va la cultura de una comunidad que habitaba el propio lago Poopó con una economía lacustre de subsistencia.
Causas del desastre
La cuenca del Poopó había sido declarada en 2002 como un ecosistema de importancia internacional donde es agua es el principal factor que controla el ambiente, así como la vegetación y la fauna.
¿Cómo, entonces, sucedió su desaparición?
Las razones son complejas y van desde los efectos climatológicos y los malos manejos de los recursos acuíferos hasta la actividad humana, la contaminación y la falta de atención a un desastre que se veía venir.
Los análisis del gobierno apuntan al fenómeno El Niño y el calentamiento global ocasionado por países industrializados.
El viceministro de Recursos Hídricos y Riego, Carlos Ortuño cita datos científicos que establecen que la temperatura mínima aumentó 2,06º centígrados en los últimos 56 años y el Niño provocó sequías desde octubre.
Además, el propio río está afectado por la actividad humana que lo usa para sus cultivos, y sistemas industriales y mineros.
Esta actividad, a su vez, causa contaminación. Oruro es un departamento minero y la extracción desde hace años se realiza de una forma “no responsable”, indicó el viceministro Ortuño.
Pero también se señala la “mala administración” de un fondo que estaba asignado para evitar la sequía del lago.

Fuente: BBC Mundo

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