Cómo ven el mundo los animales

Una flor de un indiscutible amarillo intenso para el ojo humano es para una abeja un collage puntillista de blancos y púrpuras; para un gato, una forma en tonos verdosos (aunque repleta de información olfativa) y para un pájaro, una vibrante superficie de colores, incluyendo el rango ultravioleta, invisible para nosotros. En definitiva, el mundo depende del color del ojo con que se mire.
Pájaros
Los pájaros pueden ver muchos más colores que nosotros porque tienen cuatro tipos de células conos en sus ojos –los fotorreceptores- en lugar de nuestros tres. Su capacidad para ver la luz ultravioleta mejora la capacidad de ver las marcas del “ojo” en las plumas de un pavo real.
Abejas
Abejas y plantas han coevolucionado durante millones de años, de modo que estas han adaptado los colores de sus pétalos para conseguir que los insectos las perciban fácilmente. “Las abejas tienen una visión tricromática basada en tres fotorreceptores: verde, azul y ultravioleta”, explica un investigador. La flor de la imagen, por ejemplo, sería de un amarillo intenso para un humano (a no ser que sea daltónico).
Perros y gatos
Nuestras mascotas predilectas no son lo que se dice unos águilas. Gatos y perros son más bien cortos de vista, y su sistema de detección está mucho más desarrollados en el oído y el olfato. Unos y otros son daltónicos, especialmente los gatos, que además tienen una vista menos desarrollada que sus supuestos archienemigos. Por ejemplo, los perros pueden distinguir a veces entre el azul y el amarillo, pero los gatos a duras penas detectan algo de color, aunque sí son capaces de fijar la vista muy fijamente en un objeto (para cazarlo).
Eso sí, cuando llega la noche, su visión es mucho mejor que la de los humanos. Tanto perros como gatos tienen mejor perspectiva y profundidad de campo que las personas, dada la ubicación de sus ojos.
Serpientes
Las serpientes tienen dos juegos de ojos. Uno de ellos son los ojos normales visibles, que detectan bastante bien el color. Simultáneamente tienen un segundo juego con el que son capaces de detectar el calor y ver los seres vivos gracias a su detector de infrarrojos. No hay manera de escapar de una serpiente una vez que te ha visto, ni siquiera escondiéndote detrás de una puerta. Por suerte, la mayoría de las serpientes son más proclives a escapar que a atacar.
Ardillas
La parte superior de la imagen muestra cómo una ardilla ve a un congénere, mientras la de abajo muestra la visión humana. Los mamíferos no son demasiado finos a la hora de detectar los colores, y confían más en el contraste de un objeto con el fondo más que en la comunicación compleja cromática.
Insectos
En las películas que recrean la vista desde los ojos de una mosca suelen aparecer cientos de pequeñas pantallas, cada una mostrando la misma imagen. Se trata de un error de concepto debido a la forma de los ojos, según explica este blog: en realidad, los insectos perciben una imagen bastante precisa de la realidad, aunque muy pixelada, de modo que pierden los matices para detectar las figuras en movimiento.
Gamba
Los crustáceos que habitan en el arrecife de coral, como las langostas y gambas, y también algunos pulpos, son sensibles a la luz poralizada. Su visión es algo parecido a lo que puede verse en la imagen, para cuya elaboración se ha asociado un color a cada nivel de polarización de la luz, de modo que nuestro ojo pueda apreciarlo.
Mono
Los monos del Viejo Mundo (África, Asia y Europa) ven el ídem de una forma bastante similar a los humanos: tricromático, azul, verde y rojo, pero los monos americanos registran hasta seis tipos de daltonismo diferente, de modo que entre especies e incluso entre individuos puede apreciarse un mismo fruto de cualquiera de las cuatro formas mostradas arriba. Al igual que sucede en los humanos, el daltonismo es más frecuente en machos que en hembras.
Tiburón
A pesar de que los ojos de los tiburones son muy parecidos a los nuestros –ambos tienen retina, lente, iris, córnea y pupila) nuestras habilidades visuales son muy distintas. Los tiburones carecen de conos retinianos, de modo que no detectan los colores. Además, el ojo del tiburón está diseñado para absorber la máxima cantidad de luz posible, para poder ver en aguas turbulentas. Sin embargo, y aunque puede ver objetos a 20 metros de distancia, su visión no es tan fina como la nuestra.
Caballo
Los caballos tienen una increíble amplitud de miras, si exceptuamos lo que tienen delante de sus narices. Literalmente no pueden ver lo que está situado entre sus ojos, debido a su visión binocular. Eso explica que suelan mirar al suelo cuando caminan.

Fuente: http://www.experiensense.com/

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