El curioso fenómeno de las piedras que se trasladan en el desierto
Hace poco se supo que se trata de un proceso que ocurre de la siguiente forma: la lluvia deja una capa de agua sobre la superficie seca, creando un finísimo lago superficial. Cuando cae la noche, bajan las temperaturas y el agua se congela, de manera que se forma una capa de hielo tan delgada como un cristal, de entre 3 y 6 mm, en la que las rocas quedan atrapadas. Por la mañana, el hielo comienza a derretirse y se quiebra. Solo hace falta un viento suave de unos 5,4 m/s para mover las placas heladas, que se desplazan a bajas velocidades de entre 2 y 5 metros por minuto. Foto: kadir-avşa
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