El Yaguareté intentando sobrevivir

Un estudio sobre el Bosque Atlántico -que se extiende entre Argentina, Paraguay y Brasil-, determinó que la especie está en peligro y que podría desaparecer en pocas décadas.
Hace algunos siglos, la exuberancia de la flora y la fauna de Sudamérica servía de hogar a una de las especies más impactantes de la naturaleza: el yaguareté. El crecimiento de las ciudades y la extensión de las superficies dedicadas a la agricultura cambiaron las características de su hábitat y cada vez quedan menos ambientes aptos para la especie, por lo que se extinguió en varias regiones y sobreviven pocos ejemplares.
Un estudio dirigido por investigadores del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM) determinó que se perdió más del 85 por ciento del hábitat del yaguareté en el Bosque Atlántico – la región ecológica de casi 2 millones de kilómetros cuadrados que abarca la provincia argentina de Misiones, se extiende por el este de Paraguay y llega hasta el centro de Brasil – y que las poblaciones resisten actualmente en apenas el 3 por ciento de su territorio original. El trabajo está basado en datos provenientes de 14 grupos de investigación de diferentes países, estima que quedan menos de 300 ejemplares y que se debe frenar su mortandad para lograr la conservación de la especie.
Los investigadores advierten que, si no se adoptan medidas serias de protección, las últimas poblaciones de yaguaretés podrían desaparecer en los próximos 50 años. Para preservar a los animales restantes, indican que será fundamental el aporte de los gobiernos de todos los países involucrados, como así también de organizaciones internacionales de protección ambiental.
La información recopilada permitió identificar que el hábitat que persiste está distribuido de manera muy dispersa y que la especie subsiste en sólo el 3 por ciento de la región. Se hallaron tres núcleos importantes que permiten la supervivencia de poco más de 50 yaguaretés en su entorno natural, ubicados en la región de la cuenca alta del Río Paraná en Brasil; en la Sierra de Mar cercana a la costa del estado de San Pablo; y en la región que abarca el centro y el norte de la provincia de Misiones. También se encontraron otras cuatro poblaciones más pequeñas, que tienen apenas entre 5 y 15 individuos cada una.
Pero ¿cuáles serían las consecuencias de la desaparición del yaguareté? Si bien la extinción de cualquier componente de un ecosistema genera consecuencias, en este caso se trata del predador tope, es decir, de la especie que está por encima de todas en la cadena alimenticia.
“Tendría efectos no solamente en las especies que el yaguareté consume de manera directa, sino también en otras y en gran parte de los procesos ecosistémicos que ocurren en la selva. Si consideramos que el Bosque Atlántico es una de las regiones con mayor diversidad del mundo, estaríamos perdiendo una pieza clave para esta importante región”, explica Mario Di Bitetti, otro de los autores del trabajo, quien se desempeña como investigador independiente del CONICET y director del IBS.

Fuente: Conicet

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