¿Sabías como las vacas contribuyen al calentamiento global?

El metano y el bióxido de carbono son dos gases que contribuyen, de manera natural y de manera artificial -por la acción del hombre- al calentamiento global. La presencia en grandes cantidades de ambos gases en la atmósfera impide que el calor de la Tierra sea devuelto al espacio.
Una molécula de metano es 20 veces más eficaz en retener calor que una de bióxido de carbono; solo que estas últimas se encuentran en mayor proporción y son la causante principal del calentamiento de la Tierra; seguidas por el metano, al que se le atribuye la quinta parte de dicho fenómeno. Y de esa quinta parte, la mitad procede de la actividad ganadera. Adicionalmente, el metano reacciona en la atmósfera convirtiéndose en bióxido de carbono e hidrógeno. Un gran círculo vicioso.
Diariamente, una vaca emite a la atmósfera, a través del hocico y del tracto rectal, entre 300 y 500 litros de metano. Es por eso que las nobles vacas han sido catalogadas por muchos, como parte de las causantes del cambio climático que afronta el planeta. ¿Debemos acusarlas, exterminarlas, cambiar su dieta? ¿Qué hacer? Solo los vegetarianos y tal vez los hindúes se pueden imaginar una vida sin ellas.
Además de las implicancias del metano en el clima global, existe un aspecto relacionado al aprovechamiento de la energía. Entre cuatro y siete por ciento de la energía procedente de la alimentación de las vacas es transformada en su sistema digestivo en metano. Si se pudiese evitar que las vacas eructaran tanto, se produciría más leche y carne.
Sin embargo, su proceso digestivo es complicado y difícil de manejar. El alimento masticado pasa al primero de los cuatro estómagos de la vaca, el retículo; una especie de cámara de fertilización que contiene hasta ocho kilos de microorganismos que descomponen y que ganan energía a través de la absorción de hidrógeno y oxígeno, liberando metano, el cual es expulsado principalmente por el hocico a la atmósfera.
Según algunos expertos, parte de estas bacterias podrían ser extraídas o aniquiladas para que no generen tanto metano. Pero esto ocasionaría que se produjeran, en su defecto, cantidades de hidrógeno que causarían cambios en el metabolismo de las vacas, los cuales podrían afectarlas y, a su vez, disminuir tal vez su productividad.

Fuente: http://larepublica.pe/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *