La ovejoterapia para personas con discapacidad
«La oveja es una especie altamente social y súper inteligente. Son animales muy poco agresivos, por eso considerábamos que cumplían los requisitos mínimos para trabajar con niños en terapia. Fue así como se nos ocurrió incluirlas en el trabajo terapéutico», relata María José Ubilla, veterinaria, etóloga y coordinadora del Centro de Terapia Asistida con Animales de la Universidad de Chile, instancia dedicada a abordar la dimensión física y cognitiva de personas con diversos tipos de discapacidad.
«Cuando empezamos con la terapia de caballos y perros, siempre vimos que había niños reacios a acercase a ambos animales. Algunos niños tenían miedo a los perros por experiencias pasadas y para muchos otros el caballo representa un animal imponente», explica Katherina Arancibia, fisioterapeuta y directora del Centro.
El programa de adiestramiento duró tres meses y el 80% de las ovejas entrenadas logró cumplir los objetivos fijados por los investigadores. «Al principio la persona responsable del mismo solamente se acercaba al corral, sin emitir ningún movimiento o sonido. Luego fue realizando refuerzos positivos (suministro de manzanas) cuando los ejemplares acudían a su llamada. Después se les enseñó a tolerar ciertos objetos, como dejarse poner un arnés. Y también se les familiarizó con los accesorios con los que se trabaja en terapia: conos, colchonetas, aros, bastones y juguetes. Así como con sillas de ruedas, sonidos y personas desconocidas», detalla la veterinaria.
«Una de las ventajas que tienen los animales que empleamos en tratamientos relacionados con la discapacidad- ya sea el perro, la oveja, o el caballo-, es que no generan juicio ni prejuicio, y ese factor hace que los niños generen una conexión con cada uno de los terapeutas y los animales. Eso nos permite intervenir para ir alcanzando objetivos específicos a través de cada uno de nuestros pacientes a fin de poder favorecerles», concluye la directora del centro.