Los cuidados especiales a los perros ancianos dependen de la raza
A los perros la edad también les pesa: se vuelven más lentos y se cansan más; padecen enfermedades típicas de la vejez, como la gingivitis o la artrosis; y hasta cambian un poco su personalidad: se vuelven más retraídos y -algunos- molestos. Su ancianidad nos toma por sorpresa, por nuestro concepto humano de longevidad o por nuestras expectativas actuales de vida. Y para que no nos agarre desprevenidos, una especialista cuenta qué cuidados hay que adoptar con los perros gerontes en sus últimos años de vida.
Para empezar, la veterinaria Virginia Buzzetti aclara que la edad de la mascota dependerá de su tamaño: “hay tablas (ver recuadro de abajo) que indican la edad de acuerdo con el peso. No es lo mismo un gran danés que tiene 60 a 70 kilos, cuyo corazón envejece más rápido porque bombea mucho más durante toda su vida, y a los 8 años ya se lo considera anciano, que un caniche o un yorkie, que se hacen viejitos a los 12 a 15 años. Es por ello que a los animales hay que cuidarles el peso, para que su corazón no trabaje más de la cuenta. Lo ideal es considerar qué perro tenés para saber a qué edad se deben tener cuidados especiales”, detalló la profesional.
Los más importante -indicó Buzetti- es que se lo lleve al veterinario cada seis meses y allí se lo controlará, le indicarán qué edad tiene y qué cuidados deberán atender, como por ejemplo les recomendarán un plan de alimentación especial sin excesos de grasa. El cuidado dental será otro de los temas a tratar según la especialista, porque en edad avanzada se les junta mucho sarro y sobre eso pueden desarrollarse enfermedades peridontales, que generan mal aliento, por ejemplo. “Y si tienen perros de razas grandes, el cuidado de los huesos y las articulaciones será fundamental: como el ovejero alemán, que recarga mucho en la cadera y por ello esa zona debe cuidarse especialmente”, apuntó.
En la casa
El contexto donde vive un perro también es importante y por ello la casa deberá sufrir una transformación. “Para los perritos las escaleras no están buenas, porque les cuesta subir y hasta pueden resbalarse y lesionarse. La cucha y otros rincones donde puedan recostarse deben ser mullidos, para evitar que se les generen escaras (se ponen flacos en codos y caderas y ahí se forman las costras); el piso también debe ser lo menos resbaloso posible y para ello también se les debe cortar las uñas, así no se deslizan y apoyen bien las patas”, enumeró Buzzetti.
Además, resaltó la importancia de la higiene alrededor de la zona perianal y los ojos (“son lugares húmedos en los que usualmente se les apoyan las moscas, que pueden poner huevos, donde saldrán gusanos y generará miasis”) y de la buena hidratación del perro para que funcionen mejor los riñones. Por último, recomendó la visita usual al veterinario para que se le hagan chequeos físicos (para ver cómo está la piel o si tienen bultos), análisis sanguíneos y electrocardiogramas.