Los perros radiactivos de Chernóbil

Hay aproximadamente 300 perros callejeros en la zona de Chernóbil. Viven entre diferentes especies como el alce, el lince, las liebres y los lobos que migraron a la zona, así como los caballos mongoles y los osos bielorrusos que llegaron recientemente; sin embargo, los perros son los únicos nativos.
Después del desastre de Chernóbil en 1986, Pripyat y las aldeas vecinas fueron abandonadas, y los residentes no pudieron llevar a sus mascotas a un lugar seguro. Se enviaron escuadrones para disparar a los animales, pero algunos sobrevivieron y sus descendientes son principalmente los que poblaron la zona.
Los peludos no solo deben soportar los duros inviernos ucranianos sin un refugio adecuado, sino que tiene niveles elevados de radiación en su pelaje y una esperanza de vida reducida. Pocos viven más allá de los seis años.
Los perros que viven cerca de los puestos de control de la zona tienen pequeñas chozas hechas por los guardias del lugar, y algunos se mantienen cerca de ellos y los visitantes, quienes también les regalna comida.
Estas pandillas caninas actúan como mascotas no oficiales de Chernóbil, donde saludan a los visitantes que se detienen en el Café Desyatka por un poco de borscht.
Nadezhda Starodub, un guía del especialista en giras de Chernóbil, Solo East, dice que no todos los visitantes aman a los perros:
La mayoría de las veces, las personas los encuentran lindos, pero algunos piensan que podrían estar contaminados y, por lo tanto, evitan tocar a los perros”.
No hay reglas que prohíban que un visitante se acerque, pero Nadezhda le pide a los encargados que ejerzan el mismo sentido común que ellos cuando se acerca algún animal.
Obtienen algo de comida y cariño de los visitantes, sus necesidades de salud son cubiertas por la fundación Clean Futures Fund, una organización sin fines de lucro de los Estados Unidos que ayuda a las comunidades afectadas por accidentes industriales, la cual estableció tres clínicas veterinarias en el área, incluida una en el interior.
Las clínicas tratan emergencias y proporcionan vacunas contra la rabia, el parvovirus, el moquillo y la hepatitis. También están neutralizando a los perros. Lucas Hixson, el cofundador de la organización, dice:
No creo que alguna vez dejemos de tener perros en la zona de exclusión, lo que queremos es que la población sea de un tamaño menor para poder alimentarnos y brindar atención a largo plazo”.

Fuente: ww.lanetanoticias.com.mx

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