Océanos ahogados en plástico ¿por qué tenemos que salvarlos?

Dependemos de ellos directamente para sobrevivir ya que los océanos producen el 50 por ciento del oxígeno que respiramos, además de proveer directamente de recursos a ⅓ de la población mundial, eso es, billones de personas que dependen de la pesca, el turismo, el comercio y muchas otras actividades ligadas al mar y los océanos.
Por eso debemos salvarlos y hacerlo ya porque, sin el afán de ser alarmista, nuestros océanos están enfermos y de gravedad. Los síntomas son evidentes y las causas muchas: desde el cambio climático hasta la contaminación, pasando por la sobreexplotación, por mencionar algunas.
Hoy me ocupo de una de las causas más graves que están alterando el equilibrio de estos ecosistemas y poniendo en riesgo la vida marina: los plásticos que llegan a sus aguas.
Durante siglos el océano ha sido considerado capaz de absorber todo lo que se vierte en él, pero no es verdad. La durabilidad de los plásticos y su facilidad de producción nos ha llevado a integrarlo a casi todo, desde vehículos hasta envases que duran 10 minutos en nuestras manos pero cientos de años en el planeta.
Se estima que anualmente se depositan 12.7 toneladas de este residuo a los mares del mundo lo que equivale a un camión de basura cada minuto y estudios afirman que para el crítico 2050 habrá más plástico que peces en el mar.
Esta contaminación a nivel global está matando más de 100 mil animales marinos al año, ya sea por consumo o al quedar atrapados en este material. Además todo esto nos llega de regreso y muchos animales que comemos tienen contenido de plástico así como hasta en la sal de mar se ha comprobado que existen residuos de plástico que terminamos consumiendo.
Los océanos no son el basurero de nuestra especie y por considerarlo así estamos perdiendo muchas otras. Debemos dejar de enviar plástico al mar y para eso necesitamos reducir drásticamente su producción y su consumo.
¿Quiénes pueden hacer posible esta reducción? Nosotros, tú: lleva tu bolsa al súper, deja de comprar en la calle donde dan unicel, (puedes llevar tu tóper), prefiere a quienes hacen el esfuerzo de dar envases de fibras vegetales, deja de consumir refrescos, prefiere el agua de garrafón, tanto tu cuerpo como el planeta te lo agradecerán y por supuesto, si vas a la playa llévate tu basura.

Fuente: Miguel Rivas - http://www.sinembargo.mx/

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