Por el cambio climático ofrecen cinco millones de dólares a quienes logren “exprimir” nubes
Con escasos 100 milímetros de lluvia al año (en la Argentina el promedio es 600 milímetros) y una gran tasa de evaporación debido a las altas temperaturas, los Emiratos Árabes Unidos, andan sedientos de un recurso para ellos mucho más importante que el petróleo: agua dulce para abastecer a sus 9,5 millones de habitantes y casi tres millones de turistas.
Si bien el país ya aplica una tecnología que les permitió incrementar hasta un 35% la cantidad de lluvia, la necesidad urgente de más cantidad de agua inspiró al Ministerio de Asuntos de la Presidencia a lanzar un premio de 5 millones de dólares para proyectos de investigación que logren “exprimir” las nubes y aumentar los raquíticos acuíferos.
“Si fuera sencillo incrementar la cantidad de lluvia, habríamos encontrado soluciones hace muchos años sin hacer un programa para atraer a los científicos. Por eso ahora vamos a estudiar las propuestas que nos llegan de todo el mundo para decidir sobre cuál avanzamos” dijo la directora del Programa de Investigación para el incremento de la lluvia, Alya Mazroui.
Con sólo un puñado de lluvias cada año, gran parte del agua del país es producida por plantas de desalinización, mientras que las predicciones actuales son que los suministros de agua subterránea de los acuíferos se secarán en apenas 15 años.
Los Emiratos Árabes Unidos, que tiene un clima árido, podrían jugar un papel de liderazgo en la lucha mundial contra la desertificación por el cambio climático.
“El mundo se enfrenta a una demanda insostenible, el 85% viven en los lugares más secos del planeta y 1,8 millones en 2050 se verán afectados por la escasez de agua”.
Estimular las nubes
Desde 1990 los Emiratos han estado trabajando en estimular las nubes para conseguir más lluvia, pero ahora buscan “exprimirlas” y liderar un área de conocimiento con gran potencial de demanda en un planeta amenazado por el estrés hídrico, en el que el 80 % de la población vive en zonas áridas o semiáridas.
Los procesos para estimular las nubes requieren 72 horas de preparaciones y condiciones meteorológicas apropiadas.
Una vez dadas, los pilotos ascienden una media de 2500 metros sobre la superficie para alcanzar las nubes, en las que inyectan llamaradas que contienen una mezcla de estas sales: cloruro de potasio, cloruro de sodio, y cloruro de calcio.
“Esas sales atraen vapor de agua, incrementado el tamaño de las gotas de agua que caen sobre la tierra”. El experimento no daña el medio ambiente en tanto que solo se usan sales naturales y en ningún momento recurren a sustancias químicas peligrosas.
La operación es seguida, coordinada y documentada en tierra por otro equipo de científicos.