Por qué los perros acaban absorbiendo el estrés de sus dueños

Siempre se dice aquello de “los perros se parecen a sus dueños y viceversa”, y la verdad es que no le falta razón al dicho. Los que tengan canes de mascota sabrán que estos animales parecen tener un sentido que les hace leer los sentimientos y pensamientos de sus amos.
¿Alguna vez has estado de bajón y has percibido cómo tu perro se acercaba para estar contigo o animarte?
Al igual sucede cuando estás enfermo: el mejor amigo del hombre siempre cuida, aunque solo sea con su presencia, de aquel que le da de comer y le da mimos. Pero más allá del comportamiento tan benévolo que tienen los perros con sus amos, también pueden contagiarse de su estrés o ansiedad.
Así lo demuestra una reciente investigación publicada en ‘Scientific Reports’ en la que un grupo de científicos suecos midió los niveles de cortisol, la hormona del estrés, presente en el pelaje de 42 razas distintas de perros y sus dueños, entre ellas 24 razas de las más antiguas (las más cercanas a los lobos) y 18 de perros de caza.
Por otro lado, se les pidió a sus propietarios que respondieran a una serie de preguntas sobre su personalidad y la relación actual que mantienen con sus mascotas según la llamada escala de relación de propietarios de perros Monash. “Los resultados mostraron que la personalidad del dueño afecta al nivel de estrés de los perros de caza, pero curiosamente no en las más antiguas”, asegura Lina Roth, bióloga de la Universidad de Linköping, en unas declaraciones recogidas por ‘Science Alert’.
“Además, la relación entre el perro y el dueño”, es decir, su nivel de compenetración y apego mutuo, “afectaba al índice de estrés de los canes. Este caso se dio en ambos tipos de perro, pero el resultado fue mucho menos marcado en los antiguos”.
El estrés y los canes
Dicha investigación parte de otra anterior en la que se descubrió que el estrés que sufren los canes es directamente proporcional al que padecen a largo plazo sus dueños, aunque en este estudio solo se analizaron las razas seleccionadas específicamente para trabajar en estrecha convivencia y colaboración con las personas.
El propósito de los científicos de analizar las razas antiguas y las de caza respondía a la cuestión de si los niveles de estrés podían estar sincronizados entre los canes y los humanos.
En las razas propiamente de caza, no hubo asociación del cortisol con la amabilidad con la que les tratan los dueños, pero sí con la libertad que les dan. Mientras, en las razas antiguas, no había ningún paralelismo entre los niveles de estrés. Por ello, los científicos concluyeron que todo se debía, como es lógico, al trato y percepción que tiene el dueño del can.
“Creemos que esta sincronización de los niveles de estrés entre perros y humanos es una consecuencia de que los perros pastores se han criado para colaborar con las personas, de ahí que la relación que tienen con sus dueños y la personalidad del propietario son parámetros importantes a tener en cuenta en la influencia que tiene el estrés”, recalca Roth. A decir verdad, hay un sinfín de factores que influyen en este estrés compartido: la personalidad individual tanto del animal como del ser humano, el propósito por el que se adquirió o adoptó al can y el entorno en el que se desenvuelve, quizás lo más determinante.
En lo que respecta a la relación de perros y personas, ya experimentos anteriores demostraron que cuando la mascota siente que su dueño está mal o en peligro no dudan en reaccionar para salvarlo, o que también pueden llegar a ponerse celosos si de repente ven cómo su dueño acaricia a otro perro.
Aun así, es pronto para tomar conclusiones definitivas, pues habría que aplicar el estudio a un conjunto más amplio de razas así como de entornos, reflexionan los investigadores. Además, debería haber un seguimiento prolongado en el tiempo para ver si realmente esos niveles de estrés pueden relacionarse entre sí.
“Se necesita un enfoque multidisciplinar que incluya asociaciones entre distintas razas, personalidades y tipos de relación entre humanos y perros para esclarecer las respuestas endocrinas a largo plazo del can”, concluyen los investigadores.

Fuente: www.elconfidencial.com

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