PUENTE DEL INCA

Desde antiguo los viajeros que se atrevían a cruzar la cordillera, sabían apreciar las bondades de las aguas termales que brotaban en el paraje conocido desde hacía siglos como “los baños del Inca”. Antiguamente las fuentes termales eran muy concurridas especialmente durante la temporada, que se prolongaba desde el 10 de noviembre hasta el 30 de abril. Un hotel cercano, destruido por un gigantesco alud de nieve al promediar la década de los años ’60, ofrecía el confort deseado a los visitantes. Al construirse la actual Ruta Nacional No. 7, su trazado se tendió por la orilla norte del río Las Cuevas, lo cual permitió clausurar el acceso de vehículos al Puente del Inca, a fin de no arriesgar su estabilidad.
Ubicación:
En el Noroeste de la Provincia de Mendoza, Dpto. Luján de Cuyo, dista de la ciudad capital, 183 km por la ruta nacional N°7 que tambien conduce a Chile.
Descripción general:
El Puente del Inca, ubicado en plena Cordillera de los Andes, a 2.720 metros sobre el nivel del mar, es una curiosa formación geológica y uno de los más famosos centros termales de la Argentina. Posee 47 metros de largo, 28 de ancho, una altura máxima de 27 metros y se encuentra sobre el Río Las Cuevas, que a partir de este punto adquiere el nombre de Río Mendoza. El famoso “puente” de piedra, verdadero prodigio de la naturaleza, ha tomado el nombre “del Inca” debido a que se supone que era conocido y frecuentado por esta cultura a fin de aprovechar sus aguas con propiedades curativas. Bajo dicho puente, existen numerosas vertientes naturales por donde surgen aguas termales (mineralizadas calcáreas, bicarbonatadas, clorosulfatadas, etc.) a una temperatura que oscila entre los 34 y 38 grados centígrados. Los baños en estas aguas se recomiendan para afecciones nerviosas, reumáticas y ginecológicas, terapéutica para niños anémicos, raquíticos y artríticos. Existe una construcción al costado y debajo del puente en cuyo interior se encuentran pequeñas piletas por donde corre el agua termal. Es curioso el hecho que cualquier objeto que se mantenga bajo el permanente baño de las aguas termales, adquiere una dureza tal por la impregnación en sales minerales, que le da una apariencia “petrificada”. En los alrededores se encuentra el Cerro Los Penitentes, llamado así porque sus paredones de piedra contemplados desde la distancia, se asemejan a enormes monjes en procesión. En las laderas de esa montaña se forman pistas naturales de esquí, siendo uno de los centros invernales más importantes de la provincia.
FUENTES: Kirbus, F.B. 1984. Periplos de ensueño. ESSO S.A.P.A

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