Todo lo que hay detrás de la caza de ballenas

Es sabido que los pueblos vikingos comerciaban en el interior de Europa cuernos de narval.
En la Edad Media desde las atalayas de los pueblos de la costa del Mar Cantábrico, los vigías daban la alarma cuando las ballenas, escapando de las aguas frías del Mar del Norte se acercaban a estas costas. Entonces se preparaban pinazas con 10 o 15 remeros y un arponero que clavaba el arpón en la cabeza del animal, comenzando una dura lucha hasta que el animal era vencido y se remolcaba hasta la costa.
Se piensa que estas formas de caza no tuvieron un real impacto ecológico hasta el siglo XIX, por el aumento en la demanda de aceites y grasas.
La cooperación internacional en la regulación la caza de ballenas comenzó en 1931. Una serie de acuerdos multilaterales existen actualmente en este ámbito, siendo la más importante, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) fundada con el fin de dar asesoramiento en materia de gestión a las naciones miembros, sobre la base de las conclusiones de su Comité Científico.
Los países que no son miembros de la CBI no están vinculados por su reglamento y llevar a cabo sus propios programas de manejo. Los miembros de la CBI votaron el 23 de julio de 1982 aplicar una moratoria a toda la caza comercial de ballenas, a partir de la temporada 1985-1986. Desde el año 1992, el Comité Científico de la CBI ha solicitado que se permita dar propuestas de cuotas para algunas poblaciones de ballenas, pero esto ha sido rechazado por el Comité Plenario hasta hoy. Noruega sigue legítimamente cazando ballenas de Minke (Balaenoptera acutorostrata), una pequeña espéciele ballena barbada.
La Crianza en cautiverio de ballena, a modo similar a la crianza de ganado, nunca se ha intentado y casi seguro que sería logísticamente imposible. En lugar de ello, las ballenas son cazadas en el mar, a menudo utilizando arpones explosivos, que perforan la piel de una ballena, explotando en su interior. La comunidad internacional considera esta forma de muerte, un sacrificio cruel, sobre todo si se lleva a cabo por artilleros inexpertos.
Una vez inmovilizada la ballena (no necesariamente muere con el arpón explosivo), es subida al buque factoría, donde debe ser desangrada antes del faenado (cortarla en trozos).
Actualmente, los países miembros del CBI no pueden cazar ballenas por razones comerciales, pero está permitido cazar cierto número para la llamada caza científica. Es importante decir que este programa nunca fue solicitado por el comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional.
Japón, Noruega e Islandia son, junto a los pueblos indígenas, los únicos países que continúan cazando ballenas.
El ejemplo de Japón es el de mayor descaro, matando anualmente 440 rorcuales aliblancos en la Antártida y 100 en el Pacífico Norte, lo cual es totalmente inútil, pues la vida sin las ballenas en los menús de los restaurantes es más que posible.
Cabe destacar que Japón nunca ha publicado su “estudio científico” de más de 10.000 ballenas muertas en los últimos años.
La segunda, que Japón ha llegado a sobornar a países pobres para votar a favor de la caza comercial de ballenas, la mayoría países que no tienen ballenas cerca que puedan cazar.
Normalmente los pretextos de Japón para cazar aún más ballenas son “las ballenas están depredando a los peces y dejando menos para el ser humano” o simplemente ”hay demasiadas ballenas”.

Fuente: https://mundoballenas.wordpress.com

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