Un increíble mar de basura genera conflictos entre Honduras y Guatemala
“Hay tantos residuos de plástico en el mundo que podrían cubrir un país como Argentina”: la advertencia de un grupo científicos sobre la contaminación que acecha al nuestro planeta.
No es un fenómeno nuevo, pero sí desconocido para gran parte de la comunidad internacional.
La fotógrafa británica Caroline Power publicó varias tomas que mostraban las aguas cercanas a la isla turística de Roatán cubiertas de una costra de desechos de todo tipo.
Tras la publicación de las fotos y la llegada de la basura flotante a varios municipios de la costa norte hondureña, ambos gobiernos sostuvieron una reunión para discutir posibles soluciones a una situación que ya se extiende por más de tres años, según las autoridades locales.
Pero las conversaciones entraron en tensión en un punto fundamental: quién es el principal responsable de los vertidos.
Por una parte, Honduras acusa a su vecino de propiciar la contaminación que llega a las playas de Omoa, Puerto Cortés y a las Islas de la Bahía; y, de la otra, Guatemala, asegura que es el otro país quien vierte la propia basura que lo afecta.
Tras las reuniones bilaterales, el gobierno de Tegucigalpa dio un plazo de cinco semanas a su par guatemalteco para que controle los vertidos.
De lo contrario, sostienen, recurrirán a organismos y tratados internacionales.
Los efectos
Carlos Fonseca vive desde hace 60 años en la comunidad de Travesía, en el municipio de Puerto Cortés, en el norte de Honduras, y dice que desde hace un par de años su rutina de muchas mañanas es levantarse a limpiar la basura que llega.
“En la época de lluvias, en estos meses, nos levantamos y limpiamos y ya en la tarde está todo lleno de basura de nuevo, como si no hubiéramos hecho nada. Son pilas y pilas de basura por todos lados”.
Fonseca asegura que son los vecinos quienes, en la mayoría de las ocasiones, se encargan de limpiar los desechos que recalan en la playa, ante la pasividad de las autoridades municipales.
“Es una situación lamentable, porque es basura, esto trae enfermedades. Yo no sé si es de aquí o si es de Guatemala, pero esto para nosotros es una pesadilla”, dice.
Según las autoridades de Honduras no es la primera vez que ocurre algo similar.
José Antonio Galdames, ministro de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras, comenta a BBC Mundo que el problema de la basura que llega se está volviendo “insostenible”, no solo para el municipio de Omoa, uno de los más afectados, sino también para algunas de las islas y playas que constituyen algunos de los principales destinos turísticos de la nación centroamericana.
En opinión del ministro, la presencia de los desechos flotantes incide de forma negativa en cuatro dimensiones básicas, ya que genera daño ambiental, ecológico, económico y a la salud.
“La gente no quiere ir a la playa porque tiene miedo de la contaminación. No es agradable acostarse en una arena en la que pones la espalda y hay debajo una aguja, o que camines y te vayas a pinchar. O que estés en el agua y te vayas a encontrar algo contaminado”, añade.
“Por los movimientos de las corrientes marinas, esto puede incidir de forma negativa en toda la barrera, tanto en la parte que pertenece a Honduras como a la que pertenece a Guatemala. Yo buceando me he encontrado muchas veces con basura en la misma zona de los arrecifes coralinos”.