Zapatillas argentinas con cubiertas recicladas

Una fábrica que transforma desechos plásticos en materiales de construcción; un emprendimiento de eco-turismo que brinda fuentes de empleo a comunidades aborígenes; un sistema de acondicionamiento de containers para utilizarlos como vivienda en caso de catástrofe; una pintura que elimina bacterias y purifica el ambiente; un mini-submarino para la exploración antártica son algunos de los 500 mejores emprendimientos ambientales seleccionados para los Premios Latinoamérica Verde.
En su tercera edición, la iniciativa distinguirá en Guayaquil, a los 10 ganadores por cada categoría. Entre los finalistas está la firma mendocina Xinca, que produce calzado con llantas y textiles reciclados, empleando a jóvenes reclusos que son capacitados en el oficio. “En Argentina se tiran 100.000 toneladas al año de neumáticos, y podemos reciclar parte de ellos aportando diseño y generando empleos”, contó Alejandro Malgor, uno de los fundadores a El Cronista.
Produce 1000 pares mensuales de zapatillas y alpargatas, y comenzó a exportar a varios países de América latina. Xinca fue fundada por Malgor, junto a Nazareno El Hom, Ezequiel Gatti y Guillermo Navarro. Y saltó a la fama luego de que ganaron en 2013 el reality show de Telefé “El emprendedor del millón”, y consiguieron obtener medio millón de pesos que les sirvió para ampliar la producción de zapatillas recicladas, entre otros aspectos.
La organización fue creada en base a las empresas sociales (b corp), surgidas en Estados Unidos, que utilizan la rentabilidad como un medio para dar respuesta a problemas comunitarios y del medio ambiente. Así, Xinca comenzó a fabricar zapatillas a partir de reciclado de distintos materiales, en especial neumáticos en desuso y ropa de empresas mineras y petroleras. Estos materiales son grandes contaminantes. Para la parte de arriba de la zapatilla usan tela de distintos orígenes, como mamelucos o ropa de seguridad de firmas que trabajan con productos que dañan el medio ambiente. Producen en un taller inclusivo, “Impulso Social”, en Lunlunta (Maipú) y la venta más fuerte se hace por Internet y de su tienda online.
La plataforma Conexión Reciclado es otro de los proyectos argentinos que concursan por los premios. Se dedica a conectar a industrias y proveedores para el intercambio de subproductos que constituyen un residuo para algunas empresas, pero que son insumo para otras. Compite con iniciativas de México, Colombia y Ecuador como la conversión de cáscaras de frutas en bioplásticos; sistemas de construcción sustentables o una fábrica de muebles que genera su propia energía con paneles solares y dona al estado el excedente. Fueron seleccionados en base a criterios de impacto ambiental, social y económico. Y la modalidad de presentación es un pitch de cinco minutos en el que cuentan quiénes son, qué hacen y qué inversión necesitan, ante el jurado y los inversores reunidos en el evento de Guayaquil.

Fuente: El Cronista

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